Debido a las limitaciones de tamaño de las cámaras compactas y ultracompactas, sobre todo las digitales, se ha reducido la distancia entre el objetivo y el flash integrado, reduciéndose así también el ángulo de reflexión de la luz hacia el objetivo e incrementando la probabilidad de reflexión de luz de partículas que están normalmente por debajo de nuestra capacidad de visión. Por ello, este artefacto aparece con frecuencia en fotografías tomadas con cámaras pequeñas.
Este artefacto puede ser el reflejo de la luz en partículas sólidas (como polvo o polen), líquidas (gotitas de agua, sobre todo bajo la lluvia) u otros materiales en el objetivo de la cámara.
Aparecen normalmente como círculos blancos o semitransparentes, aunque también puede ocurrir con espectros de colores parciales o completos, contornos morados, u otra aberración cromática. Con gotas de lluvia, una imagen puede captar luz que pase a través de la gota creando un pequeño efecto arco iris.
Los fotógrafos submarinos también pueden ver este efecto, al cumplirse las condiciones de agua anteriormente mencionados. La arena, formas de vida marina ínfimas u otras partículas cercanas al objetivo, aunque invisibles para el buceador, reflejan la luz del flash causando el artefacto en la imagen. Estos artefactos se pueden evitar con un flash estroboscópico, distanciando el flash de la lente.
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