De siempre y lo primero:
estado general, aspecto de las lentes, mirando a su través, que no tengan polvo (el justo, a veces es imposible que un viejo objetivo no presente alguna mota de polvo, otra cosa será valorar si es una guarrada, o el efecto del paso normal del tiempo...), por supuesto, nada de hongos, irisaciones extrañas en el color, síntoma de mal estado en el recubrimiento de las lentes, o de humedades antiguas.
Por fuera, lo mismo, un aspecto "sano", limpio, bien cuidado, ni golpes ni desconchados o peladuras en la pintura o los cromados, un uso descuidado no tiene por qué acarrear un mal estado de funcionamineto, pero suele propiciarlo, es como lo de fumar...
Las gomas de los anillos, bien pegadas, y estos mismos, sin holguras, ni endurecimientos repentinos y/o aleatorios en el recorrido de su giro, en especial, en los anillos que ajustan el enfoque, y si es un zoom, pues también en el que ajusta la focal. En cuanto al anillo de diafragmas, que presente los "cliks" firmes y bien marcados, sin titubeos. Si incorpora puntos intermedios, lo mismo, que esten bien diferenciados entre ellos y con los puntos enteros.
Por último, agitándolo, que no se oiga "nada" absolutamente, salvo, en algunos, el movimiento lógico y normal de la leva de control de la apertura, pero, sujetando esta con el dedo, no ha de oirse nada más, que sería síntoma evidente de elementos sueltos, propios o ajenos.
Por último, el sentido común, que, a juzgar por el aspecto global, nos da una u otra primera impresión del estado real del objetivo.
Siempre, claro está, puede uno equivocarse, pero vamos, esas cosas ya hay quien, como yo, las hace por vicio cada vez que coge un objetivo, nuevo, viejo, o de quien sea y como sea..., y un objetivo "veterano" y manual de los de antes, es algo, bien usado y cuidado, que no tiene mucho más..., que no es poco.
Saludos.
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