Un par de bonitos retratos de Ítaca. Digo bonitos por lo bonita que es ella más que nada, que las fotos son normalillas.
Y ahora sí, una en la que se ve que realmente los birrings se celebran aunque caigan chuzos de punta, jaja. No había nadie más. Claro, quién iba a haber... pero cenamos y todo bajo estos paraguas gigantes y se estaba bien.
Y otra más para demostrar que aquí se aguanta lo que nos echen, jeje. Yo soy especialista en elegir siempre el calzado más adecuado para cada ocasión, así que ese día me puse sandalias. Lo que no sabía cuando hice la foto (que la hice para que los que no estuvísteis podáis reír tranquilamente en vuestras casas como se rieron los que estaban allí). Lo que no sabía, decía, es que las cuatro gotitas que estaban cayendo en este momento no eran nada y que lo peor aún estaba por llegar. No sabía que esos paraguas se iban inflando de agua y que en momentos puntuales la iban a dejar caer de golpe, como una bomba, en mis pies, pero también en mi espalda, que era mucho peor xD. Tampoco sabía que estas sandalias acabarían buceando en todos los charcos que había hasta llegar al coche, jaja. Suerte tuve de que no se desintegraran.
Pero a pesar del aguacero decidimos que dentro hacía mucho calor, así que acabamos el birring y el cenig a la intemperie. Ridículas tormentas a nosotros, ¡ja!, tendrán que inventar algo mejor para desanimarnos.
Pues nada más por esta semana. Que os vaya a todos muy bien el finde y hasta la próxima.
Besos
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