En cambio, y sin querer ofenderte, a mi me parece todo lo contrario. El sujeto, apartado de la vista que me niega el rostro se vuelve impersonal, cediendo protagonismo a la tabla, cuyo destrozo tarda demasiado en verse. Además, creo que hay demasiado aire, por lo que se diluye mucho la atención en espacios vacíos. Desde mi punto de vista, no veo nada interesante, quizá alejándote y haciéndolo pequeño en una esquina, con otro chico disfrutando de su tabla pudieras realzar la soledad, o la fragilidad. También acercándote y llenando un encuadre un poco mas agresivo se podría dar algo de fuerza.
No se, yo no acabo de verla.
El mérito es del modelo, las responsabilidades del fotógrafo. Así es la vida de los que hemos elegido recorrerla con una cámara en la mano.
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