Mario
04/02/09, 12:36:35
Corría el año 1492, y cómo corría el condenado, y Colón (el marino soy) andaba dando tumbos por la aun no formada Europa. Una tarde, mientras se tomaba una cervecita con aperitivo en una terraza de Marsella, se le acercó un señor bien vestido para la época y con una borrachera de aquí te espero, tal y como era habitual entre los marselleses en las calurosas tardes invernales, y le dijo:
-Fara aferitivos fuenos los que fonen en Sefilla, y no esta fasura…
Colón (el marino soy) miró con un poco de asco el aperitivo que le habían puesto y convencido de que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, decidió irse a cenar a Sevilla. En aquella época todavía no existía ni el AVE ni los aviones “delayed”, así que tuvo que viajar en coche de caballos, lo que provocó que llegara a cenar a Sevilla con dos semanas de retraso.
Como todavía era pronto para cenar, se dio un paseo por la orilla del Guadalquivir y antes de llegar al puente de Triana pensó: - que bien quedaría aquí una Torre del Oro, por ejemplo -. Y así pensando pensando llegó hasta la catedral. En la puerta había un cartel en latín que rezaba (rezaba porque estaba en la catedral):
SUBA A LA GIRALDA Y FATÍGUESE POR TAN SOLO 8 DUCADOS
MUERTOS Y HERIDOS DE LA RECONQUISTA GRATIS
El cartel estaba en latín, por lo que nadie lo entendía y como además 8 ducados era un pastón para la época, pues no subía ni un alma. Colón (el marino soy) leyó el cartel y lo entendió a la primera, de aquí surge la leyenda de que era Genovés, y como le quedaba un rato para cenar y le sobraban ocho ducados y un fortuna decidió subir sin demora.
Después de varios tramos de escaleras, rampas y fatigas, llegó arriba a las seis en punto de la tarde. Supo la hora exacta porque comenzaron a sonar las campanadas sin previo aviso y casi le dejaron sordo (se cuenta que Bethoven y Goya subieron juntos a las 12 en punto y quedaron irremediablemente sordos para el resto de sus vidas).
Una vez estuvo recuperado de la subidita y de los campanazos, se asomó por la ventana y quedo estupefacto ante la hermosa visión que se tendía a sus pies. Miró al horizonte y descubrió algo que le dejó atónito y le hizo exclamar la famosa frase:
- ¡Coño!, si la Tierra es redonda.-
Bajó corriendo la mitad de las escaleras y la otra mitad rodando después de dar un traspiés tremendo a mitad del recorrido. Una vez abajo pidió audiencia con la reina Isabel (tanto monta) y le contó lo que acababa de ver con sus propios ojos:
- La Tierra es redonda como su real cabeza, alteza-. El pareado no es casual y es acorde al lenguaje de la época ya que para dirigirse a la realeza había que hacerlo en verso.
La reina Isabel (monta tanto) que era incrédula por naturaleza, no le creyó y le pidió que lo demostrara. Colón (el marino soy) le rogó que subiera con él a la Giralda y lo viera con sus propios ojos. La reina Isabel (tanto monta), que además de incrédula era muy vaga, se negó en rotundo y pidió una prueba tangible. Colón (el marino soy) buscó desesperadamente algún pintor que subiera con él a la Giralda y que reflejara aquel descubrimiento. Definitivamente no era el día de Colón (el marino soy) ya que todos los pintores andaban tomando vinos en la Feria de Abril y no estaban para subir a la Giralda a retratar hechos históricos.
Ante una decepción tan grande, Colón (el marino soy) hizo un juramento:
-Juro que no descansaré hasta que alguien invente una cámara de fotos, digital a ser posible, que pueda llevarse en un bolsillo. Es más, incluso que lleve teléfono incorporado-.
Es debido a este juramento, que hasta fecha reciente, no se ha descubierto donde estaban enterrados realmente los restos del sagaz navegante y su alma ha podido descansar por fin en paz.
Lo que viene a continuación ya lo sabéis todos, Colón (el marino soy) estuvo dándole la paliza a la reina Isabel (monta tanto), hasta que consiguió que le prestara tres barquitos para irse a ver mundo, etcétera, etcétera.
Y os preguntaréis, ¿y para qué nos sueltas este rollo?, pues para haceros ver como hubiera cambiado la historia si Colón (el marino soy) hubiera tenido una cámara de fotos en aquel momento irrepetible.
Ahí va la foto. Un saludo y perdón por el rollo :):
http://www.fotonauta.net/astronomia/albums/userpics/A_la_sombra.jpg
-Fara aferitivos fuenos los que fonen en Sefilla, y no esta fasura…
Colón (el marino soy) miró con un poco de asco el aperitivo que le habían puesto y convencido de que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, decidió irse a cenar a Sevilla. En aquella época todavía no existía ni el AVE ni los aviones “delayed”, así que tuvo que viajar en coche de caballos, lo que provocó que llegara a cenar a Sevilla con dos semanas de retraso.
Como todavía era pronto para cenar, se dio un paseo por la orilla del Guadalquivir y antes de llegar al puente de Triana pensó: - que bien quedaría aquí una Torre del Oro, por ejemplo -. Y así pensando pensando llegó hasta la catedral. En la puerta había un cartel en latín que rezaba (rezaba porque estaba en la catedral):
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El cartel estaba en latín, por lo que nadie lo entendía y como además 8 ducados era un pastón para la época, pues no subía ni un alma. Colón (el marino soy) leyó el cartel y lo entendió a la primera, de aquí surge la leyenda de que era Genovés, y como le quedaba un rato para cenar y le sobraban ocho ducados y un fortuna decidió subir sin demora.
Después de varios tramos de escaleras, rampas y fatigas, llegó arriba a las seis en punto de la tarde. Supo la hora exacta porque comenzaron a sonar las campanadas sin previo aviso y casi le dejaron sordo (se cuenta que Bethoven y Goya subieron juntos a las 12 en punto y quedaron irremediablemente sordos para el resto de sus vidas).
Una vez estuvo recuperado de la subidita y de los campanazos, se asomó por la ventana y quedo estupefacto ante la hermosa visión que se tendía a sus pies. Miró al horizonte y descubrió algo que le dejó atónito y le hizo exclamar la famosa frase:
- ¡Coño!, si la Tierra es redonda.-
Bajó corriendo la mitad de las escaleras y la otra mitad rodando después de dar un traspiés tremendo a mitad del recorrido. Una vez abajo pidió audiencia con la reina Isabel (tanto monta) y le contó lo que acababa de ver con sus propios ojos:
- La Tierra es redonda como su real cabeza, alteza-. El pareado no es casual y es acorde al lenguaje de la época ya que para dirigirse a la realeza había que hacerlo en verso.
La reina Isabel (monta tanto) que era incrédula por naturaleza, no le creyó y le pidió que lo demostrara. Colón (el marino soy) le rogó que subiera con él a la Giralda y lo viera con sus propios ojos. La reina Isabel (tanto monta), que además de incrédula era muy vaga, se negó en rotundo y pidió una prueba tangible. Colón (el marino soy) buscó desesperadamente algún pintor que subiera con él a la Giralda y que reflejara aquel descubrimiento. Definitivamente no era el día de Colón (el marino soy) ya que todos los pintores andaban tomando vinos en la Feria de Abril y no estaban para subir a la Giralda a retratar hechos históricos.
Ante una decepción tan grande, Colón (el marino soy) hizo un juramento:
-Juro que no descansaré hasta que alguien invente una cámara de fotos, digital a ser posible, que pueda llevarse en un bolsillo. Es más, incluso que lleve teléfono incorporado-.
Es debido a este juramento, que hasta fecha reciente, no se ha descubierto donde estaban enterrados realmente los restos del sagaz navegante y su alma ha podido descansar por fin en paz.
Lo que viene a continuación ya lo sabéis todos, Colón (el marino soy) estuvo dándole la paliza a la reina Isabel (monta tanto), hasta que consiguió que le prestara tres barquitos para irse a ver mundo, etcétera, etcétera.
Y os preguntaréis, ¿y para qué nos sueltas este rollo?, pues para haceros ver como hubiera cambiado la historia si Colón (el marino soy) hubiera tenido una cámara de fotos en aquel momento irrepetible.
Ahí va la foto. Un saludo y perdón por el rollo :):
http://www.fotonauta.net/astronomia/albums/userpics/A_la_sombra.jpg