Pelao2
13/10/06, 18:06:13
Hola.
Todavía no he posteado una foto aqúi. Tendrá algo que ver que todavía no me han reparado el ordenador, y que he vendido mi negrita :)
El otro día estaba con mi mujer en el campo, y por la noche vimos algo que jamás habíamos visto. Nos quedamos asombrados de lo botino que era y me dió una rabia enorme haber vendido la cámara un día antes. Quise compartir con vosotros aquel momento, y se me ocurrió describirlo ya que la única foto que pude hacer fue con el móvil y como que no...
Eran las 00:30 aproximadamente de una tranquila y maravillosa noche de completa luna llena, en mitad de la montaña a unos 10 kilómetros de Xàtiva una ciudad de la provincia de Valencia. No se veían demasiadas estrellas por la intensa luz que proyectaba la luna, y porque además había bastante nubosidad. Y digo nubosidad, no nubes. Era como una especie de niebla o manto difuso que dejaba entrever las estrellas que tenía detrás. La luna, a pesar de estar ya muy alta, se veía grande, esplendorosa, y extraordinariamente brillante... a pesar de eso, dejaba ver de forma nítida su rostro.
Al rededor del astro, se podía ver el halo que se forma muchas veces en torno a ella, algo que no por haberlo visto muchas veces deja de ser bonito. Pero la sorpresa nos vino cuando, a la vez exclamamos "¡¡¿Has visto eso?!!"
Formando una enorme circunferencia al rededor de la luna, se podía ver una espedie de "nada". Era como si el cielo fuera una gran mancha de aceite, y la luna fuera una gota de desengrasante que hubieran dejado caer en ese momento. Se podría apreciar, como si la niebla que había se hubiera retirado para dejar ver a la luna formando un perfecto círculo totalmente concéntrico a esta, exactamente de la misma forma que se retira la grasa cuando dejas caer una gota de detergente. El borde de toda aquella gran "nada" daba la impresión de estar apelotonado; es decir como si la masa nubosa que se hubiera retidado estuviera concentrada en ese borde formando un montículo a modo de barrera que impedía el paso a todo hacia la luna de. Era precioso, enorme e inexplicable para mí.
Daba la impresión de que en ese momento, en todo el mundo sólo nosotros podíamos ver la luna a través de ese magnifico agujero.
Intenté medir las proporciones de aquella "nada", y se me ocurrió hacerlo con las manos. Extendí los brazos, puse pulgar contra pulgar con la luna en el centro, y abría las manos hacia ambos lados. El hueco que formaba aquella circunferencia medía algo mas de dos palmos (uno por cada parte de la luna). Para que os hagáis una idea, mido 1.82 cm. Si tenéis ocasión, haced la prueba y os daréis cuenta de las enormes proporciones de aquel fenómeno.
Mi mujer entró en casa, y yo no pude hacer otra cosa que quedarme alí contemplanto aquella maravilla. En aquel momento pensé en vosotros, y me prometí que intentaría fotografiar con palabras aquel momento. Para terminar de bordar la escena, en el silencio de la noche, un perro aullaba como pocas veces he oido; seguro que también, como mi mujer y como yo, estaba emocionado ante tal espectáculo, y daba gracias a la Luna y al cielo por ofrecernos aquel explendor.
Luego me picaron dos o tres mosquitos, y me dije "qué leches, yo me voy p'adentro" :wink: :lol: Había que romper
Un saludo,
Pelao
Todavía no he posteado una foto aqúi. Tendrá algo que ver que todavía no me han reparado el ordenador, y que he vendido mi negrita :)
El otro día estaba con mi mujer en el campo, y por la noche vimos algo que jamás habíamos visto. Nos quedamos asombrados de lo botino que era y me dió una rabia enorme haber vendido la cámara un día antes. Quise compartir con vosotros aquel momento, y se me ocurrió describirlo ya que la única foto que pude hacer fue con el móvil y como que no...
Eran las 00:30 aproximadamente de una tranquila y maravillosa noche de completa luna llena, en mitad de la montaña a unos 10 kilómetros de Xàtiva una ciudad de la provincia de Valencia. No se veían demasiadas estrellas por la intensa luz que proyectaba la luna, y porque además había bastante nubosidad. Y digo nubosidad, no nubes. Era como una especie de niebla o manto difuso que dejaba entrever las estrellas que tenía detrás. La luna, a pesar de estar ya muy alta, se veía grande, esplendorosa, y extraordinariamente brillante... a pesar de eso, dejaba ver de forma nítida su rostro.
Al rededor del astro, se podía ver el halo que se forma muchas veces en torno a ella, algo que no por haberlo visto muchas veces deja de ser bonito. Pero la sorpresa nos vino cuando, a la vez exclamamos "¡¡¿Has visto eso?!!"
Formando una enorme circunferencia al rededor de la luna, se podía ver una espedie de "nada". Era como si el cielo fuera una gran mancha de aceite, y la luna fuera una gota de desengrasante que hubieran dejado caer en ese momento. Se podría apreciar, como si la niebla que había se hubiera retirado para dejar ver a la luna formando un perfecto círculo totalmente concéntrico a esta, exactamente de la misma forma que se retira la grasa cuando dejas caer una gota de detergente. El borde de toda aquella gran "nada" daba la impresión de estar apelotonado; es decir como si la masa nubosa que se hubiera retidado estuviera concentrada en ese borde formando un montículo a modo de barrera que impedía el paso a todo hacia la luna de. Era precioso, enorme e inexplicable para mí.
Daba la impresión de que en ese momento, en todo el mundo sólo nosotros podíamos ver la luna a través de ese magnifico agujero.
Intenté medir las proporciones de aquella "nada", y se me ocurrió hacerlo con las manos. Extendí los brazos, puse pulgar contra pulgar con la luna en el centro, y abría las manos hacia ambos lados. El hueco que formaba aquella circunferencia medía algo mas de dos palmos (uno por cada parte de la luna). Para que os hagáis una idea, mido 1.82 cm. Si tenéis ocasión, haced la prueba y os daréis cuenta de las enormes proporciones de aquel fenómeno.
Mi mujer entró en casa, y yo no pude hacer otra cosa que quedarme alí contemplanto aquella maravilla. En aquel momento pensé en vosotros, y me prometí que intentaría fotografiar con palabras aquel momento. Para terminar de bordar la escena, en el silencio de la noche, un perro aullaba como pocas veces he oido; seguro que también, como mi mujer y como yo, estaba emocionado ante tal espectáculo, y daba gracias a la Luna y al cielo por ofrecernos aquel explendor.
Luego me picaron dos o tres mosquitos, y me dije "qué leches, yo me voy p'adentro" :wink: :lol: Había que romper
Un saludo,
Pelao