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Ver la Versión Completa : El asesino que salvó una vida (historia perruna)



anibal_226
20/02/11, 17:30:26
Sé que por aquí abundamos los poseedores de perros, así que cuelgo un artículo desmitificando el carácter sanguinario de las razas calificadas peligrosas. Es una historia real

anibal_226
20/02/11, 17:31:24
Se llamaba Tanis, llegó a casa de Beatriz, su dueña, en Culleredo, con dos meses cumplidos, desnutrido, deshidratado, lleno de pulgas, enfermo de displasia: una desconfiada bolita gris. Ella lo cuidó sin escatimar vacunas, desparasitaciones, piensos especiales, cien mortadelos mensuales por el tratamiento durante ocho meses. Ya saben. Los que tienen perros lo saben. Noches en vela, sobresaltos, meadillas por aquí y por allá, si no tuviera perro esto no pasaría, tus diarreas por todas partes, cabroncete, y yo partiéndome el lomo para comprarte comida y llegar a fin de mes.

A cambio, lo que también saben los que saben: el misterio leal de sus ojos, su presencia callada a los pies de la cama, su fuerza tranquila, el trueno del vozarrón perruno, su pataza torpe apoyada en tu brazo pidiendo una caricia, su trufa húmeda y fría, sus miradas de consuelo. De adoración. Si alguien mira a Dios, piensas, sin duda debe de mirarlo así. También colmillos, por supuesto. Diecisiete meses después, la bolita asustada y enferma pesaba cincuenta y cinco kilos, con setenta y dos centímetros a la cruz, y una boca en la que cabía la cabeza de un niño. Es un perro asesino, le dijeron a su dueña. Un Fila Brasileño. No vivirá mucho, porque tiene el hígado enfermo; pero, mientras tanto, cuidado con él. Mata. Su dueña tuvo mucho cuidado. También quiso saber más.

Investigó, reconstruyendo la siniestra biografía genética de su perro. Naturalmente, a ella no podía ser ajena la mano del hombre. Tanis era un perro hecho para el combate, un guerrero antiguo con una estirpe gladiadora tan vieja como la Historia: el Canis Familiaris Inostranzevi, el moloso persa, griego, asirio, el onzeiro, el cabezudo, el boiardeiro brasileño. Hace dos mil años, sus antepasados destripaban leones y gladiadores en el Coliseo de Roma, acompañaban a las legiones de César, cuidaban su ganado y despedazaban bárbaros con idéntica eficacia; y todavía hace siglo y medio, sus descendientes cazaban esclavos para los blancos en las selvas amazónicas. Por eso los cachorros Fila tienen ojos de viejo, y alma llena de costurones, y mirada resignada, hecha de siglos, de sangre y de fatalidad: el hombre los hizo asesinos, y lo saben. Sin embargo, cuando tienen amo no hay lealtad comparable a la suya.

Los Fila, como casi todos los perros, son fieles súbditos de reyes que no los merecen: luchan en guerras que no son suyas, dejándose matar a cambio de una palabra, una caricia o una mirada. Nadie ama como ellos aman. Nadie tocará al dueño mientras sigan en pie, luchando. Hablo de esos mismos dueños que luego, cuando los perros están viejos, enfermos o inválidos -a veces por obedecer sus órdenes- los abandonan, los envenenan, los echan a un pozo o los ahorcan. Eso era Tanis: un sicario. Una pistola cargada y amartillada en manos de los hombres. Uno de esos perros que, cuando el amo baja la guardia, salen en los periódicos y en el telediario, convertidos en criminales por la estupidez o crueldad del dueño, porque la naturaleza tiene extrañas oscuridades, o simplemente porque, en un mundo lleno de gente desquiciada, es lógico que se desquicien los animales. El caso es que, un día, Tanis, el asesino al que los vecinos, con toda la razón del mundo, miraban con recelo y miedo, paseaba por el parque junto a su dueña, entre niños jugando y mamás sentadas en los bancos. De pronto, un pastor alemán que estaba cerca -a diferencia del Fila, y en principio, el Pastor Alemán es un ciudadano libre de toda sospecha- atacó a un niño de tres años llamado Martín.

Por las buenas. Directamente a la garganta. Entonces Tanis voló sobre la hierba. Todo el mundo, dueña incluida, creyó que se sumaba a la matanza. Pero no. Se fue derecho al otro perro, fajándose con él a dentelladas. Sangre, colmillos y jadeos: un alarde profesional, resultado de siglos de adiestramiento. Y no lo degolló allí mismo porque el pastor alemán se largó con el rabo entre las patas. El niño, derribado en mitad de la refriega, lloraba entre los gritos histéricos de su madre. Y entonces el perro asesino, cojeando con una pata lastimada y en alto, fue a tumbarse panza arriba, junto a él, para que le acariciara la barriga.

Macweb
20/02/11, 19:20:57
No es el hijo, es como lo crian, pufff que pifia, no es la raza, es como se cria el perro.

ALGOSA
20/02/11, 19:44:03
Buenas tardes,:grupo:

La verdad sea dicha, me ha emocionado tal y como lo has contado.

El otro día, el domingo pasado, estuve viendo "El encantador de perros", del cual muchos de vosotros habreis oido hablar, el programa de Cesar Millan, mejicano para mas señas, dijo que no es el perro el malo de la pelicula sino el amo.

Tambien hay que señalar el tipo de perro del que estamos hablando. En el programa y ciñiendose al ambito americano, el Pit bull era el primero de ellos, el segundo el Roweiler (creo que se escribe asi) y en tercer lugar estaba el Pastor Aleman, ese perro que parece tranquilo, pero que no lo es.

sl2:grupo:

anibal_226
20/02/11, 19:55:52
La verdad sea dicha, me ha emocionado tal y como lo has contado.



A mi tambien me emocionó. Por cierto, lo he cogido de una revista, no escrito tan bien... por ahora... :p

MALVA
20/02/11, 20:22:08
Bella historia Anibal y es que los perros son como los hijos, necesitan amor y educación. ¿O acaso alguien piensa que los niños sicarios son creados genéticamente por un científico chalado? naaa, que la pólvora en manos sabias hace maravillas de artificios y pirotecnia pero en las de un gil amputa y hiere.

p1s0n1x
20/02/11, 20:32:14
Increíble historia, siempre he sido de los que piensan que un perro no es agresivo por naturaleza, sinó que la naturaleza del perro y su físico hace que muchos dueños los traten como si fuesen agresivos y, a veces por la dureza con la que los tratan, y otras por la falta de humanidad, se van volviendo más recelosos de nosotros, y no por su culpa.

jabrajam
20/02/11, 21:49:57
yo cuando voy al parque no miro al perro.miro la actitud del dueño para saber a que atenerme y siempre acierto.
antes de tener a mi actual perra ( una chuchilla de pura raza) tuve un autentico mastodonte cruce de doberman y gran danés. este perro era noble, cariñoso e inofensivo. jamas nos hizo sentir ningún miedo ni a los de la casa ni a los de fuera.
esta claro que el perro actua en funcion de lo que le enseñes y le corrijas.
y dependiendo de lo que hagas con él, puedes tener un peluche de 50kg o un arma de fuego cargada.

anibal_226
21/02/11, 00:35:39
yo cuando voy al parque no miro al perro.miro la actitud del dueño para saber a que atenerme y siempre acierto..

A mi no deja de sorprenderme el altísimo porcentaje de perros desequilibrados con los que me cruzo. De mi casa a la universidad voy en bici atravesando varios descampados. El viernes me crucé con 6 perros con sus respectivos dueños, y se me tiraron 5. Y no con ánimo de jugar precisamente.

Me da mucha lástima cuando saco a mi perra. Me encantaría soltarla y que jugase y corriese con otros perros ¿pero quien se fia? a veces cuando paseamos juntos y le ladra un perro con malas intenciones, se sienta, me mira con sus ojos enormes, y le falta preguntarme "¿que le he hecho yo a este para que se ponga así?"