nomaR_ags
11/07/11, 14:43:25
Buenas
Tiempo ha … Llegó un verano, en el que dos Reyes decidieron reinar una sóla tierra. Cada uno de ellos, ocupó un ala del mismo castillo, y lo llenó de sus fieles.
Desde sus remodelados salones, partían sobre sus nuevos corceles a recorrer la bella extensión de la tierra que compartían, y que cada uno, gobernaba a su antojo, disfrutando de su gran poder.
Uno sobre las alas del azor de la esperanza, que tantas vidas del mar, en la furia de Poseidón, ha salvado, recorría los vírgenes arenales, dibujando los cinco dedos que vieron nacer la tierra de los mil ríos. Mientras, el otro, rompía las olas calladas de las Rías, a lomos de un cormorán que la brisa de los días cálidos, mecía sus velas en la paz del olor a salitre.
El desinterés que su avaricia salpicaba, despertó de su velado sueño a Vulcano el Coloso, que desde el merecido descanso de Breogán, permanecía echado sobre las bellas curvas de fermosa doncella, acompañan el serpenteante camino al mar de nuestras aguas.
¡ Desató toda la furia, que dormida estaba ¡ Tiñendo el cielo de gris, las negras gotas de lo que fue vida, entristeció el sol hasta casi apagarlo. Su ira era tal, que devoró y devoró hasta las raíces, hasta los mas viejos pensadores, que con cada amanecer disfrutaban de la vida de contemplación, que en otra época Aristóteles añoraba, y que en silencio nos contaban los años transcurridos de vidas y vidas, que cada primavera nos regalaba.
Hasta ese verano, y cada verano de mi vida, recordaba al abrir los ojos, la melodía en pluma del despertar, que a donde mirar vieras, adornaba de colores el lienzo del nuevo día. Si, pero hasta ese día, en el cual, se respiraba un calor que estremecía las entrañas, y al girar la cabeza la cegadora luz gris que llenaba las fosas de desesperación y agobio, estrechó la mirada y arrugó el alma.
Tras el paso de la valiente caballería, con sus carros y sus halcones repletos de fresca esperanza, asidos por sus firmes, rudas y azarosas manos, y la fuerza de un corazón sin armadura, sólo pequeñas columnas de muerte, nos recordaban el dolor y sufrimiento que en pesadilla queríamos convertir al cerrar los ojos, pero que en cada suspiro de olvido, como una guillotina, segaba nuestra garganta y esperanza.
Nuestros ojos, ya sólo alcanzaban a ver en escala de grises, aquellos mágicos colores que surcaban, los entrelazados brazos de los colosos, con su individual sonido que bajo el patio de butacas sumaban en melodías, y que la furia dormida trocó en negros balaustres de un Campo Santo.
En la mirada, sólo se apreciaba el atronador sonido del silencio, de pié, sobre la Rosa de los Vientos, saltando de punta en punta, siempre encontraba la misma respuesta … nada.
Meses después, ¿o semestres después?, de buscar y no encontrar, la cueva de la esperanza, sobre la asolada mirada, se rompió el silencio. De pronto, sobre el negro crujir de los sueños incumplidos, que bajo los otrora colosos pensadores, los que en un pasado no tan lejano, portaban al hombro, ese firme brazo de “Carballo”, que el afilado acero atravesaba, comenzaron a componer un nuevo y metálico compás, que de sus implacables espadas vertían, acompasadas por el tamborileo de los colosos, besando la hoy vacía espesura. Con cada grito de un árbol muerto, un latido desaparecía de mi esperanza.
Era otro verano, lo recuerdo porque estaba donde hoy escribo, frente al mar que me vio nacer, y que le da la sal a mi vida, pero esta vez, por no poder hacer vibrar los colores e inundar de esperanza la ya perdida y hastía primavera, no se cansó de llorar, como si no quisiera volver. Auto inculpado por alimentar en tiempos recientes, con su calidez la furia de los malditos, ¡ si, yo os maldigo por toda la eternidad ¡ El sol, decidió ocultarse bajo la cortina de agua, que poco a poco, arrastraba al mar la ausencia de color de nuestra tierra.
Todo dicho es cierto, o por lo menos, en cada circunstancia, cuando ocurre igual, sucede lo mismo, y tan cierto como, que “Dios existe”, “la Naturaleza es sabia”, y miles de sainetes que nuestra literatura popular nos nutre. Del hasta ahora yermo suelo, en las siguientes estaciones, la esperanza comenzó a brotar.
Espoleado por el vértice, que el giro de la Rosa de los Vientos nos regaló, ante el tenue diapasón que se escucha al afinar en el aire cargado de vida, ocultando el silencio, me decidí a construir sobre las ruinas de la esperanza, un pequeño oasis de ilusión, donde la vida que abriéndose paso entre las dificultades, venía, pudiera hacer una parada a descansar y reponer fuerzas, como nuestros “devanceiros” en el Camino del Apóstol, y que en el futuro construya el bosque, que un nuevo verano, inunde de luz.
Y ese verano llegó … Y las semillas de la vida, brotan sobre el recuerdo de la desolación …
Papa picapinos recolectando comida para su churumbel, sobre la sombra de la desesperación
http://farm7.static.flickr.com/6005/5925653429_d81cd9b6aa_b.jpg
Papi le da de comer al niño
http://farm7.static.flickr.com/6135/5925653337_cbaf03f3a4_b.jpg
Papa petirrojo, tambien recoge comida para el pollo.
http://farm7.static.flickr.com/6148/5925653525_3222d74a9f_b.jpg
El pollo de peti, es mas tímido, y no me ha permitido sacarle una toma comiendo del pico de papi, pero ...
http://farm7.static.flickr.com/6149/5926211700_0ddb5b3ecb_b.jpg
Por último, este o esta visitante, que aún no he adivinado como se llama
http://farm7.static.flickr.com/6123/5925652855_1bb4fb9c51_b.jpg
Unha aperta
Tiempo ha … Llegó un verano, en el que dos Reyes decidieron reinar una sóla tierra. Cada uno de ellos, ocupó un ala del mismo castillo, y lo llenó de sus fieles.
Desde sus remodelados salones, partían sobre sus nuevos corceles a recorrer la bella extensión de la tierra que compartían, y que cada uno, gobernaba a su antojo, disfrutando de su gran poder.
Uno sobre las alas del azor de la esperanza, que tantas vidas del mar, en la furia de Poseidón, ha salvado, recorría los vírgenes arenales, dibujando los cinco dedos que vieron nacer la tierra de los mil ríos. Mientras, el otro, rompía las olas calladas de las Rías, a lomos de un cormorán que la brisa de los días cálidos, mecía sus velas en la paz del olor a salitre.
El desinterés que su avaricia salpicaba, despertó de su velado sueño a Vulcano el Coloso, que desde el merecido descanso de Breogán, permanecía echado sobre las bellas curvas de fermosa doncella, acompañan el serpenteante camino al mar de nuestras aguas.
¡ Desató toda la furia, que dormida estaba ¡ Tiñendo el cielo de gris, las negras gotas de lo que fue vida, entristeció el sol hasta casi apagarlo. Su ira era tal, que devoró y devoró hasta las raíces, hasta los mas viejos pensadores, que con cada amanecer disfrutaban de la vida de contemplación, que en otra época Aristóteles añoraba, y que en silencio nos contaban los años transcurridos de vidas y vidas, que cada primavera nos regalaba.
Hasta ese verano, y cada verano de mi vida, recordaba al abrir los ojos, la melodía en pluma del despertar, que a donde mirar vieras, adornaba de colores el lienzo del nuevo día. Si, pero hasta ese día, en el cual, se respiraba un calor que estremecía las entrañas, y al girar la cabeza la cegadora luz gris que llenaba las fosas de desesperación y agobio, estrechó la mirada y arrugó el alma.
Tras el paso de la valiente caballería, con sus carros y sus halcones repletos de fresca esperanza, asidos por sus firmes, rudas y azarosas manos, y la fuerza de un corazón sin armadura, sólo pequeñas columnas de muerte, nos recordaban el dolor y sufrimiento que en pesadilla queríamos convertir al cerrar los ojos, pero que en cada suspiro de olvido, como una guillotina, segaba nuestra garganta y esperanza.
Nuestros ojos, ya sólo alcanzaban a ver en escala de grises, aquellos mágicos colores que surcaban, los entrelazados brazos de los colosos, con su individual sonido que bajo el patio de butacas sumaban en melodías, y que la furia dormida trocó en negros balaustres de un Campo Santo.
En la mirada, sólo se apreciaba el atronador sonido del silencio, de pié, sobre la Rosa de los Vientos, saltando de punta en punta, siempre encontraba la misma respuesta … nada.
Meses después, ¿o semestres después?, de buscar y no encontrar, la cueva de la esperanza, sobre la asolada mirada, se rompió el silencio. De pronto, sobre el negro crujir de los sueños incumplidos, que bajo los otrora colosos pensadores, los que en un pasado no tan lejano, portaban al hombro, ese firme brazo de “Carballo”, que el afilado acero atravesaba, comenzaron a componer un nuevo y metálico compás, que de sus implacables espadas vertían, acompasadas por el tamborileo de los colosos, besando la hoy vacía espesura. Con cada grito de un árbol muerto, un latido desaparecía de mi esperanza.
Era otro verano, lo recuerdo porque estaba donde hoy escribo, frente al mar que me vio nacer, y que le da la sal a mi vida, pero esta vez, por no poder hacer vibrar los colores e inundar de esperanza la ya perdida y hastía primavera, no se cansó de llorar, como si no quisiera volver. Auto inculpado por alimentar en tiempos recientes, con su calidez la furia de los malditos, ¡ si, yo os maldigo por toda la eternidad ¡ El sol, decidió ocultarse bajo la cortina de agua, que poco a poco, arrastraba al mar la ausencia de color de nuestra tierra.
Todo dicho es cierto, o por lo menos, en cada circunstancia, cuando ocurre igual, sucede lo mismo, y tan cierto como, que “Dios existe”, “la Naturaleza es sabia”, y miles de sainetes que nuestra literatura popular nos nutre. Del hasta ahora yermo suelo, en las siguientes estaciones, la esperanza comenzó a brotar.
Espoleado por el vértice, que el giro de la Rosa de los Vientos nos regaló, ante el tenue diapasón que se escucha al afinar en el aire cargado de vida, ocultando el silencio, me decidí a construir sobre las ruinas de la esperanza, un pequeño oasis de ilusión, donde la vida que abriéndose paso entre las dificultades, venía, pudiera hacer una parada a descansar y reponer fuerzas, como nuestros “devanceiros” en el Camino del Apóstol, y que en el futuro construya el bosque, que un nuevo verano, inunde de luz.
Y ese verano llegó … Y las semillas de la vida, brotan sobre el recuerdo de la desolación …
Papa picapinos recolectando comida para su churumbel, sobre la sombra de la desesperación
http://farm7.static.flickr.com/6005/5925653429_d81cd9b6aa_b.jpg
Papi le da de comer al niño
http://farm7.static.flickr.com/6135/5925653337_cbaf03f3a4_b.jpg
Papa petirrojo, tambien recoge comida para el pollo.
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El pollo de peti, es mas tímido, y no me ha permitido sacarle una toma comiendo del pico de papi, pero ...
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Por último, este o esta visitante, que aún no he adivinado como se llama
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Unha aperta