sergi2
04/11/12, 21:53:02
La risa del conejo, por Quim Monzó (http://www.lavanguardia.com/magazine/20121101/54353653303/la-risa-del-conejo-quim-monzo-opinion-magazine.html)
"En las reuniones, el momento dramático es el de las fotos. A la que alguien saca la cámara para fotografiar al grupo, parece que haya obligación de reír. Incluso la inducen con una palabra: “¡Pataaata!”. Y si en general las personas agrupadas ya resultan poco atractivas de entrada, las personas agrupadas riendo al unísono son para echar a correr. Además, las caras pierden su personalidad. Todos esos labios arqueados mostrando dientes de falsa felicidad destruyen las individualidades y tienden a convertir a todos en fotocopias. Hasta tal punto es así, que en Nueva Jersey acaban de prohibir sonreír en las fotos del permiso de conducir. Cada vez que voy al fotógrafo para hacerme fotos para el pasaporte o para el carnet de conducir, indefectiblemente me dice: “Hombre, sonríe un poco, que estás muy serio”. La próxima vez que me lo diga me sacaré la noticia del bolsillo, se la enseñaré y le explicaré que la Comisión de Vehículos Motorizados de aquel estado ha tomado esa decisión porque las sonrisas exageradamente forzadas interfieren con el software de reconocimiento facial que, llegado el caso, se utiliza para identificar a una persona. ¿Y por qué interfieren? Pues por lo que decíamos antes: porque la sonrisa forzada iguala a las personas y las convierte en miembros de un rebaño donde cada cordero se parece al de al lado. En las fotos sin sonrisa, cada uno es como es, pero con sonrisa todos se igualan y pierden su intrinsiqueza, y perdón por el palabro."
Hasta aquí, parte del escrito de Quim Monzó en el suplemento de La Vanguardia de hoy.
"En las reuniones, el momento dramático es el de las fotos. A la que alguien saca la cámara para fotografiar al grupo, parece que haya obligación de reír. Incluso la inducen con una palabra: “¡Pataaata!”. Y si en general las personas agrupadas ya resultan poco atractivas de entrada, las personas agrupadas riendo al unísono son para echar a correr. Además, las caras pierden su personalidad. Todos esos labios arqueados mostrando dientes de falsa felicidad destruyen las individualidades y tienden a convertir a todos en fotocopias. Hasta tal punto es así, que en Nueva Jersey acaban de prohibir sonreír en las fotos del permiso de conducir. Cada vez que voy al fotógrafo para hacerme fotos para el pasaporte o para el carnet de conducir, indefectiblemente me dice: “Hombre, sonríe un poco, que estás muy serio”. La próxima vez que me lo diga me sacaré la noticia del bolsillo, se la enseñaré y le explicaré que la Comisión de Vehículos Motorizados de aquel estado ha tomado esa decisión porque las sonrisas exageradamente forzadas interfieren con el software de reconocimiento facial que, llegado el caso, se utiliza para identificar a una persona. ¿Y por qué interfieren? Pues por lo que decíamos antes: porque la sonrisa forzada iguala a las personas y las convierte en miembros de un rebaño donde cada cordero se parece al de al lado. En las fotos sin sonrisa, cada uno es como es, pero con sonrisa todos se igualan y pierden su intrinsiqueza, y perdón por el palabro."
Hasta aquí, parte del escrito de Quim Monzó en el suplemento de La Vanguardia de hoy.