Alfredo Oliva Delgado
11/11/12, 23:02:24
El concepto de mindfulness no tiene una palabra correspondiente en castellano, pero podría traducirse como la atención o conciencia plena y atenta. El mindfulness trasciende lo meramente psicológico y se entiende como una filosofía de vida o una forma de vivenciar situaciones concretas. Siempre está referido a un momento particular y presente.
Además de referirse al presente supone sentir las cosas tal y como suceden, sin tratar de controlarlas. Centrándonos en los aspectos emocionales y estimulares antes que en su interpretación. Ello representa una renuncia a lo verbal, al lenguaje que impregna todas nuestras experiencias y con frecuencia la falsifican y tamizan, al intentar encasillarlas en conceptos y prejuicios. También conlleva la aceptación total y no valorativa de la experiencia. De alguna manera supone una superación del pensamiento formal y racional, que adquirimos durante la adolescencia, para volver a un pensamiento de carácter intuitivo supuestamente superado. Si la ciencia y tecnología se apoyan en ese pensamiento racional el arte requeriría de algo más.Imagino al lector preguntándose qué demonios tiene que ver el mindfulness con la fotografía, y cómo puede afectar al hecho de tomar una instantánea. Pues bien, piensa que tienes un día libre y has salido al campo a tomar algunas imágenes de paisajes, y te encuentras observando lo que te rodea, tratando de volver a casa con un buen puñado de buenas fotos en la tarjeta. En ese momento estás recordando algunas cosas que has aprendido sobre composición e iluminación, recreando algunas imágenes de grandes paisajistas, anticipando lo que pensarán las personas que vean tus capturas cuando la subas a internet y sintiendo la satisfacción que vivirás en ese futuro inmediato.
Pues bien, todos esos pensamientos son una especie de antifaz que están impidiéndote ver lo que tienes delante: tu conciencia está totalmente centrada en lo que piensas, esperas y deseas. En lugar de relajarte y abrir por completo todos tus sentidos para vivir plenamente ese momento, en vez de situarte en plena comunión con el paisaje de forma ingenua e irreflexiva, estás tenso y ansioso temiendo que esa maravillosa luz se escapará en breves segundos y no podrás capturarla.
En el Budismo se asocia con el "sati": el recuerdo de la conciencia pura y simple que tuvimos en la infancia. El volver a sentir la fascinación y deleite de un niño que contempla un objeto sin la necesidad de etiquetarlo o interpretarlo. Algunos artistas se han referido a esa búsqueda de una mirada ingenua e intuitiva. Así, Picasso comentó al término de su carrera " me ha llevado toda mi vida tratar de aprender a pintar como un niño". Monet también indicó: "para poder ver debemos olvidar el nombre de las cosas que miramos".
Los fotógrafos deberíamos tratar de mirar la realidad con esos ojos de niño. Abandonarnos a la realidad que tenemos delante y vivenciarla sin hacer referencia a colores, tonos o texturas, yendo más allá de las teorías y conceptos aprendidos. Aprender a ver sin recuerdos o deseos. Para cultivar el mindfulness debemos desbloquear nuestras emociones e ir más allá de las expectativas, las etiquetas, el perfeccionismo y los cálculos que nos constriñen. El momento presente te ofrece muchas posibilidades, pero sólo si lo experimentas con conciencia plena podrás exprimir todo su potencial. Déjate llevar. Aunque para llegar a ese punto deberás haber aprendido y practicado mucho.
Además de referirse al presente supone sentir las cosas tal y como suceden, sin tratar de controlarlas. Centrándonos en los aspectos emocionales y estimulares antes que en su interpretación. Ello representa una renuncia a lo verbal, al lenguaje que impregna todas nuestras experiencias y con frecuencia la falsifican y tamizan, al intentar encasillarlas en conceptos y prejuicios. También conlleva la aceptación total y no valorativa de la experiencia. De alguna manera supone una superación del pensamiento formal y racional, que adquirimos durante la adolescencia, para volver a un pensamiento de carácter intuitivo supuestamente superado. Si la ciencia y tecnología se apoyan en ese pensamiento racional el arte requeriría de algo más.Imagino al lector preguntándose qué demonios tiene que ver el mindfulness con la fotografía, y cómo puede afectar al hecho de tomar una instantánea. Pues bien, piensa que tienes un día libre y has salido al campo a tomar algunas imágenes de paisajes, y te encuentras observando lo que te rodea, tratando de volver a casa con un buen puñado de buenas fotos en la tarjeta. En ese momento estás recordando algunas cosas que has aprendido sobre composición e iluminación, recreando algunas imágenes de grandes paisajistas, anticipando lo que pensarán las personas que vean tus capturas cuando la subas a internet y sintiendo la satisfacción que vivirás en ese futuro inmediato.
Pues bien, todos esos pensamientos son una especie de antifaz que están impidiéndote ver lo que tienes delante: tu conciencia está totalmente centrada en lo que piensas, esperas y deseas. En lugar de relajarte y abrir por completo todos tus sentidos para vivir plenamente ese momento, en vez de situarte en plena comunión con el paisaje de forma ingenua e irreflexiva, estás tenso y ansioso temiendo que esa maravillosa luz se escapará en breves segundos y no podrás capturarla.
En el Budismo se asocia con el "sati": el recuerdo de la conciencia pura y simple que tuvimos en la infancia. El volver a sentir la fascinación y deleite de un niño que contempla un objeto sin la necesidad de etiquetarlo o interpretarlo. Algunos artistas se han referido a esa búsqueda de una mirada ingenua e intuitiva. Así, Picasso comentó al término de su carrera " me ha llevado toda mi vida tratar de aprender a pintar como un niño". Monet también indicó: "para poder ver debemos olvidar el nombre de las cosas que miramos".
Los fotógrafos deberíamos tratar de mirar la realidad con esos ojos de niño. Abandonarnos a la realidad que tenemos delante y vivenciarla sin hacer referencia a colores, tonos o texturas, yendo más allá de las teorías y conceptos aprendidos. Aprender a ver sin recuerdos o deseos. Para cultivar el mindfulness debemos desbloquear nuestras emociones e ir más allá de las expectativas, las etiquetas, el perfeccionismo y los cálculos que nos constriñen. El momento presente te ofrece muchas posibilidades, pero sólo si lo experimentas con conciencia plena podrás exprimir todo su potencial. Déjate llevar. Aunque para llegar a ese punto deberás haber aprendido y practicado mucho.