sanabria
23/07/07, 20:41:11
A continuación os voy escribir una serie de apuntes sobre composición. No os los toméis como un manual, están sacados de caóticos apuntes de la universidad, y completados por mí, con la poética forma de escribir que me caracteriza :p. Explican brevemente mi forma de entender la composición, que es mía porque la aprendí de un profesor que a su vez la aprendió de otras personas y libros.
Son apuntes un poco erráticos e incompletos, sólo ideas más o menos sueltas, espero que os valgan de algo, mi intención no es reescribir libros que ya están escritos, así que si queréis profundizar en el tema, al final del post os recomiendo un par de ellos.
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Según la psicología de la Gestalt (http://es.wikipedia.org/wiki/Psicolog%C3%ADa_de_la_Gestalt):
La percepción visual es un mecanismo activo. No se limita a recibir la realidad, sino que la analiza, la reconstruye y la interpreta.
La clave de la reconstrucción es la heterogeneidad. Lo homogéneo se configura como fondo, y lo heterogéneo es organizado en estructuras, que se configuran según modelos de economía psíquica (por ejemplo semejanza-diferencia de tamaño, de forma, de luminosidad, dirección y velocidad, proximidad, etc)
Cuando el estímulo facilita la organización a favor de estos criterios (no sólo los de semejanza, sino todos los criterios de economía psíquica), los decodifica con agrado, y al revés, con inquietud. Se produce una respuesta emotiva. Se produce una asociación entre lo bello y lo bueno.
Cuando observamos una imagen, no sólo vemos una representación sobre un papel. Tanto los elementos que hay en ella, como su disposición, ángulo, etc, forman un todo que genera en nosotros una percepción de una realidad, de algo vivo sobre lo que también influyen las leyes de la física. Tiene movimiento y tiempo, algo ha ocurrido, algo está ocurriendo, algo va a ocurrir.
En la imagen se forman campos de fuerza, con una estructura vectorial. Cada elemento de la imagen genera una fuerza en cierta dirección. La figura genera una fuerza hacia nosotros, y el fondo hacia atrás. El peso de la figura genera un tirón hacia abajo. Una base sólida, contrarresta la fuerza de la gravedad, como en las esculturas, o en arquitectura. Las miradas, los elementos con mayor interés, producen sus propias fuerzas. Una mirada directa a nosotros genera una gran tensión en nuestra dirección. Las miradas entre personajes lanzan líneas de fuerza de uno a otro. Puntos de diferente luminosidad o fuerte contraste o interés pueden comportarse como centros gravitatorios, generando fuerzas en su dirección.
Cuando la suma de todas las fuerzas que hay en una imagen es igual a cero, la imagen es equilibrada, y por tanto nos resulta agradable. Nos da sensación de estabilidad, de permanencia, de perfección. Por el contrario, si las fuerzas están muy desequilibradas, percibiremos la imagen con inquietud, que se verá traducida inconscientemente en algo que no nos gusta. La figura parece que se va a caer, hay algo que no entendemos, no nos dice nada, el mensaje no está claro.
Desde que en el arte no se busca lo bello, sino lo sublime, se aprecia la introducción de cierta inquietud en la imagen. Un leve desequilibrio puede jugar a nuestro favor, creando un movimiento contenido, quizá parece que algo está a punto de ocurrir, un misterio, algo incita a seguir mirando la imagen, un punto controlado de inquietud evita que la imagen sea aburrida.
Percibimos realidades con un significado. Y pronunciamos juicios de valor inconscientes, automáticos.
La composición de una imagen aporta tanto al mensaje como la escena que representa.
Las reglas de la composición que suelen estudiarse no hacen más que proporcionar esquemas preestablecidos que funcionan. Facilitan fórmulas para equilibrar imágenes de forma intencionada. Pero no es la única forma de equilibrar una imagen.
Ya que todos estos mecanismos son inherentes a la percepción visual y funcionan automáticamente en todos los seres humanos, cualquier persona puede ver fácilmente cuándo una imagen está bien compuesta y cuándo no, y de la misma forma, evaluar la composición en el visor de la cámara, basándose sensaciones puras y no en esquemas preestablecidos. Podemos sentir las fuerzas, las tensiones, el movimiento de nuestra vista, sentimos el movimiento en la foto.
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Lo mejor para comprender y utilizar esto, es observar ejemplos y comprender de qué manera sus elementos equilibran la imagen. El arte está lleno de estos ejemplos (pintura, dibujo, escultura, cine). También ayuda leerse algún libro, como por ejemplo estos dos que recomiendo:
Arte y percepción visual, de Rudolf Arhheim (siempre recomiendo el mismo)
Conducta estética y sistema cultural, de Enrique Dominguez Perela (mi profesor de "Psicología del arte" y "Cine y percepción" en la Facultad de Bellas Artes)
Espero haberos contado algo coherente (sé que la redacción deja mucho que desear) y que al menos para despierte vuestra curiosidad sobre el tema. Bajo mi punto de vista es lo más importante que hay que aprender sobre imagen y por ende, sobre fotografía.
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Son apuntes un poco erráticos e incompletos, sólo ideas más o menos sueltas, espero que os valgan de algo, mi intención no es reescribir libros que ya están escritos, así que si queréis profundizar en el tema, al final del post os recomiendo un par de ellos.
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Según la psicología de la Gestalt (http://es.wikipedia.org/wiki/Psicolog%C3%ADa_de_la_Gestalt):
La percepción visual es un mecanismo activo. No se limita a recibir la realidad, sino que la analiza, la reconstruye y la interpreta.
La clave de la reconstrucción es la heterogeneidad. Lo homogéneo se configura como fondo, y lo heterogéneo es organizado en estructuras, que se configuran según modelos de economía psíquica (por ejemplo semejanza-diferencia de tamaño, de forma, de luminosidad, dirección y velocidad, proximidad, etc)
Cuando el estímulo facilita la organización a favor de estos criterios (no sólo los de semejanza, sino todos los criterios de economía psíquica), los decodifica con agrado, y al revés, con inquietud. Se produce una respuesta emotiva. Se produce una asociación entre lo bello y lo bueno.
Cuando observamos una imagen, no sólo vemos una representación sobre un papel. Tanto los elementos que hay en ella, como su disposición, ángulo, etc, forman un todo que genera en nosotros una percepción de una realidad, de algo vivo sobre lo que también influyen las leyes de la física. Tiene movimiento y tiempo, algo ha ocurrido, algo está ocurriendo, algo va a ocurrir.
En la imagen se forman campos de fuerza, con una estructura vectorial. Cada elemento de la imagen genera una fuerza en cierta dirección. La figura genera una fuerza hacia nosotros, y el fondo hacia atrás. El peso de la figura genera un tirón hacia abajo. Una base sólida, contrarresta la fuerza de la gravedad, como en las esculturas, o en arquitectura. Las miradas, los elementos con mayor interés, producen sus propias fuerzas. Una mirada directa a nosotros genera una gran tensión en nuestra dirección. Las miradas entre personajes lanzan líneas de fuerza de uno a otro. Puntos de diferente luminosidad o fuerte contraste o interés pueden comportarse como centros gravitatorios, generando fuerzas en su dirección.
Cuando la suma de todas las fuerzas que hay en una imagen es igual a cero, la imagen es equilibrada, y por tanto nos resulta agradable. Nos da sensación de estabilidad, de permanencia, de perfección. Por el contrario, si las fuerzas están muy desequilibradas, percibiremos la imagen con inquietud, que se verá traducida inconscientemente en algo que no nos gusta. La figura parece que se va a caer, hay algo que no entendemos, no nos dice nada, el mensaje no está claro.
Desde que en el arte no se busca lo bello, sino lo sublime, se aprecia la introducción de cierta inquietud en la imagen. Un leve desequilibrio puede jugar a nuestro favor, creando un movimiento contenido, quizá parece que algo está a punto de ocurrir, un misterio, algo incita a seguir mirando la imagen, un punto controlado de inquietud evita que la imagen sea aburrida.
Percibimos realidades con un significado. Y pronunciamos juicios de valor inconscientes, automáticos.
La composición de una imagen aporta tanto al mensaje como la escena que representa.
Las reglas de la composición que suelen estudiarse no hacen más que proporcionar esquemas preestablecidos que funcionan. Facilitan fórmulas para equilibrar imágenes de forma intencionada. Pero no es la única forma de equilibrar una imagen.
Ya que todos estos mecanismos son inherentes a la percepción visual y funcionan automáticamente en todos los seres humanos, cualquier persona puede ver fácilmente cuándo una imagen está bien compuesta y cuándo no, y de la misma forma, evaluar la composición en el visor de la cámara, basándose sensaciones puras y no en esquemas preestablecidos. Podemos sentir las fuerzas, las tensiones, el movimiento de nuestra vista, sentimos el movimiento en la foto.
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Lo mejor para comprender y utilizar esto, es observar ejemplos y comprender de qué manera sus elementos equilibran la imagen. El arte está lleno de estos ejemplos (pintura, dibujo, escultura, cine). También ayuda leerse algún libro, como por ejemplo estos dos que recomiendo:
Arte y percepción visual, de Rudolf Arhheim (siempre recomiendo el mismo)
Conducta estética y sistema cultural, de Enrique Dominguez Perela (mi profesor de "Psicología del arte" y "Cine y percepción" en la Facultad de Bellas Artes)
Espero haberos contado algo coherente (sé que la redacción deja mucho que desear) y que al menos para despierte vuestra curiosidad sobre el tema. Bajo mi punto de vista es lo más importante que hay que aprender sobre imagen y por ende, sobre fotografía.
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