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Ver la Versión Completa : Forum universal de las culturas



lennita
23/09/07, 19:29:33
Saludos
Acaba de empezar el jueves pasado en monterrey, mexico el Forum Universal de las Culturas no sin muchas críticas de parte de muchos que lo ven como un gasto oneroso y sin beneficio real a largo plazo. Para los españoles, especialmente los de barcelona, a tres años de su forum, estan de acuerdo?, realmente consideran que les trajo un beneficio permanente?
Les dejo el enlace para que le den una checada

http://www.monterreyforum2007.org/

enricvision
23/09/07, 20:03:20
Ya me acordé el otro día cuando hablaron del nuevo Fórum Universal de las Culturas que se iba a desarrollar en Monterrey.
No entiendo de políticas de ese tipo, pero todo lo que se hace con ganas de beneficiar a un pueblo, sea bienvenido. Lo problematico está en acertar en las "prioridades" de un pueblo. Habría que hacer un análisis por parte de expertos imparciales para responder coherentemente. (más que se gasta en armamento no hay nada y a ver quien es el guapo que se queja)
Yo no fui al Fórum de mi bcn, pero ahora disfruto de sus estructuras. (ejemplos (http://www.galeriade.com/enricvision/categories.php?cat_id=3&sessionid=3ef087fc67dea5110b79b281c9a07e09))
Lo que realmente benefició a mi ciudad fueron los JJOO del '92.

Suerte con el Forum en Monterrey

lennita
24/09/07, 03:32:11
Yo no fui al Fórum de mi bcn, pero ahora disfruto de sus estructuras.
Lo que realmente benefició a mi ciudad fueron los JJOO del '92.

Suerte con el Forum en Monterrey

Por acá es lo que se dice, que al final la infraestructura es lo que quedará, en fin....

Roth
25/09/07, 02:25:10
Yo tengo familia y amigos en Barcelona y no se mostraron muy satisfechos con el forum

Stooge
25/09/07, 17:05:12
Extraido del blog de un colega y con el que coincido al cien por cien

Algunos más que un Fòrum de les Cultures necesitarían más bien acceso directo y urgente a la cultura en sí


Andaba ayer escuchando la radio cuando tuve conocimiento de que, por fin, el en su día muy polémico Forum de les Cultures celebrado en Barcelona hace tres años ha tenido por fin,su secuela. La franquicia de lo que desde sectores críticos se le llamó fascismo postmoderno, o la asimilación absoluta de discursos más o menos críticos por parte del orden actual ha iniciado su andadura en Monterrey, una localidad industrial de México. Escucho al gobernador del Estado de Nuevo León el porqué defendió la celebración de dicho macroevento en la ciudad y me quedo de piedra ante su honestidad: considera que básicamente sirve para revalorizar las zonas del centro de la ciudad y darles un valor añadido que antes no tenían. En un plano secundario, remarca que la ciudad “por fin tendrá un río”, en referencia a la contaminación del Santa Catarina, quizás ignorando que unas cuantas décadas atrás podría ser perfectamente salubre, y una par de pinceladas acerca equipamientos culturales.

Sin embargo, resulta sorprendente que el mismo personaje acepte, a diferencia de nuestro entonces alcalde Clos en su momento, no sólo que existen sectores discrepantes ante el evento, sino que en su edición barcelonense se produjeron errores de calado que ellos han solventado. Entrada gratuita, duración más breve, propósitos más modestos. Para mi gusto, la muestra clara de que el Forum acabará siendo un acto tan cutre y decadente en unos lustros como el festival de la OTI o los juegos del Mediterráneo. También es cierto que otro cantar es el que el gobernador de Nuevo León dedica a los discrepantes: no les interesa la cultura, son cuestiones partidistas, en inversiones sociales andamos sobrados.

De todo ello me quedo con la obscenamente sincera descrición inicial: hacemos el fórum en Monterrey para especular. Tan claro y diáfano como los diarios económicos hablando de despidos y aumento de ganancias como el que comenta en el bar el gol de Messi el sábado, con total naturalidad.
http://ifoughtthelaw.blogia.com

JuanMa_drid
25/09/07, 17:09:39
eso si , con el de Barna algunos se forraron a costa de los presupuestos del estado ...

Stooge
25/09/07, 17:15:24
Por si os interesa otro texto sobre el forum de las culturas de Barcelona

Carolina del Olmo
Ladinamo

¿Qué es el Forum?

Aunque parezca mentira no es fácil contestar a esta pregunta. Los organizadores han sudado la gota gorda para dotar de contenido a este “evento” (la frecuencia con la que se utiliza este sustantivo para hablar del Forum da idea de la vaguedad del proyecto). Según la asombrosa definición negativa del alcalde Joan Clos: “No son unas olimpiadas, ni un exposición universal, ni un parque temático sino un poco de todo esto y mucho más”. En los últimos meses, la organización –tras explotar hasta lo caricaturesco generalidades del tipo “un gran encuentro entre culturas”– ha logrado al fin pergeñar un programa que tampoco es que aclare gran cosa. En el Forum habrá exposiciones, conciertos, ciclos de conferencias o talleres (en los que, por lo visto, se podrá “aprender danzas africanas, construir una casa de adobe o una embarcación tradicional…”). ¿En qué se diferencia esto de las actividades que organiza la asociación cultural de tu barrio? Bueno, probablemente no contéis con un presupuesto de 2.200 millones de euros del que más de la mitad es dinero público.

Ahora en serio, ¿qué es realmente el Forum?

Si dejamos a un lado la propaganda institucional, el Forum se parece sospechosamente a una gran operación urbanística para abrir al mar los últimos terrenos del litoral que quedaban en el municipio barcelonés. No es que sea precisamente un secreto. Hace algún tiempo las administraciones organizadoras (estatal, autonómica y municipal) minimizaban el problema de la indefinición de contenidos subrayando que contaban con el apoyo del sector privado, dispuesto a aportar más de mil millones de euros antes de tener la más mínima idea de qué iba todo aquello. En cierta ocasión Clos llegó a afirmar que el proyecto marchaba viento en popa ya que “la sociedad Infraestructuras 2004, encargada de las reformas urbanísticas del espacio donde se celebrará el acontecimiento, funciona a pleno ritmo”. En esta línea, los organizadores han anunciado a bombo y platillo que el Forum permitirá dotar a la ciudad de instalaciones tan largamente necesitadas por las clases populares como un colosal centro de convenciones –“el más grande del sur de Europa”–, un nuevo puerto deportivo con mil amarres, una nueva playa e incluso un par de islas artificiales.

Por lo demás, uno de los puntos más polémicos del Forum tiene que ver precisamente con su ubicación. Parte de los terrenos del Forum pertenecen al barrio de La Mina, una zona marginal de Barcelona con una elevada proporción de población gitana a la que los estudios de mercado del nuevo centro comercial Diagonal Mar –parece que no hay operación urbanística en Barcelona que no gire en torno a la construcción de un nuevo centro comercial– describen literalmente como “un freno que es preciso desactivar”.

Las Olimpiadas, el Forum... o lo que sea

Cuentan las malas lenguas que, en los años noventa, un Pasqual Maragall embriagado por las mieles del éxito cosechado con las Olimpiadas, se empeñó en conseguir una Exposición Universal para su ciudad en 2004. Desgraciadamente presentó la candidatura fuera de plazo. Pero lejos de arredrarse, el alcalde se sacó de la manga un acontecimiento “enteramente nuevo”, un Forum Internacional de las Culturas que podría desempeñar perfectamente la función que habría cumplido la Expo (o, para el caso, la Super Bowl).

En efecto, Maragall no hacía más que ceñirse a una extendida doctrina que afirma que estos grandes acontecimientos (“macroeventos”, en la jerga al uso), cualquiera que sea su naturaleza, son capaces de atraer millones de visitantes dispuestos a dejarse los dineros en la ciudad. Además, se supone que estas celebraciones generan turismo e inversiones a largo plazo, crean montañas de puestos de trabajo, aceleran, impulsan o crean de la nada reformas urbanas “necesarias” y proporcionan a la población local un nuevo motivo de orgullo ciudadano. Como no podía ser menos, de los beneficios que estas estrategias reportan a los propietarios de suelo y a las empresas constructoras no suele hablarse demasiado.

¿Cabe esperar algún beneficio para la ciudadanía?

Es más que dudoso. Las reformas propuestas ahondan en un modelo urbano harto discutible: una ciudad turística y de servicios en la que los gobiernos locales dejan de lado su función de gestores de los servicios públicos para competir en el mercado internacional en busca de inversiones para “sus” ciudades, como si de empresas se tratara. En el caso de Barcelona se busca obsesivamente atraer a un turismo “de calidad” (léase “forrado”). De ahí la esforzada promoción de eventos y organismos que siguen la estela de las Olimpiadas (ferias, congresos, la Pasarela Gaudí, el CCCB, el MACBA y, cómo no, el Forum) o la proliferación enfermiza de “años de”: año Gaudí, año del Diseny, año Dalí…

Naturalmente, como presupuesto no hay más que uno, si se gasta en remodelar fachadas y ampliar el aeropuerto, inevitablemente se tiene que recortar por algún sitio. Por ejemplo, en gastos sociales y en vivienda, uno de los sectores olvidados por los sucesivos planes que han dado forma a la ciudad en los últimos quince años.

Pero es que además la estrategia no funciona o, al menos, no funciona todo lo bien que debiera. Véase, si no, el caso de las Olimpiadas: a pesar de las gigantescas inversiones, el único impacto duradero que se apreció en la economía barcelonesa fue una importantísima subida de precios. Las expectativas de ingresos por turismo y de creación de empleo quedaron completamente defraudadas.

Pero entonces, ¿se produce algún beneficio?

Pues sí que hay beneficios aunque, desde luego, no para todos. Uno de ellos tiene que ver con la disminución de la conflictividad laboral (como, en efecto, sucedió con las Olimpiadas) y con la creación de un amplio consenso ciudadano que legitima actuaciones cuando menos dudosas. Otro, más importante, es que este tipo de maniobras ofrece magníficas oportunidades para los grandes negocios. De hecho, quienes impulsaron y financiaron los Juegos Olímpicos y quienes impulsan y financian hoy el Forum son las inmobiliarias, las constructoras, las instituciones financieras, los propietarios de suelo industrial en desuso, las empresas de publicidad y las cadenas de hotelería y restauración que ven en la organización de estos eventos y en las reformas urbanas que conllevan un campo abonado para sus negocios.

Asimilar o morir

A los dirigentes municipales de Barcelona les debió resultar obvio que para que un acontecimiento inédito como el Forum alcanzara un grado de consenso y colaboración ciudadana comparable al de las Olimpiadas iban a tener que elegir muy bien los contenidos. Y de hecho, parece difícil declararse en contra de los tres ejes temáticos del Forum: diversidad cultural, paz y sostenibilidad. En general, la organización ha tratado de sortear las críticas por el sencillo medio de integrarlas en el programa (en palabras de un miembro de la Asamblea contra el Forum: “En cuanto te descuidas te montan un acto para que expongas tus críticas”). De hecho, el Forum se planteó inicialmente como una versión edulcorada y conciliadora de Porto Alegre. La organización ha intentado por todos los medios contar tanto con figuras emblemáticas de la crítica social –Saramago, Esquivel o Chomsky– como con numerosas ONG y representantes de movimientos sociales.

La respuesta de los críticos es que todo este buen rollo demuestra que a los promotores del Forum les importan un bledo sus contenidos. Lo cierto es que la dotación para contenidos (300 millones, de los cuales 60 se destinan a marketing y publicidad), a pesar de ser cuantiosa, resulta ridícula cuando se compara con la inversión en infraestructuras. La Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), que en otoño de 2002 se desvinculaba del evento, aseguraba que “los medios económicos destinados al Forum revelan una desproporción difícilmente explicable si se comparan con los recursos que las administraciones públicas destinan a solucionar problemas de vivienda, equipamientos, educación y convivencia en nuestra ciudad”.

¿Diversidad cultural? ¿Paz? ¿Sostenibilidad?

Otro de los aspectos más criticados ha sido la participación de diversas empresas cuya relación con los encomiables lemas del Forum es, como poco, remota. Por ejemplo, la compañía Indra es colaboradora habitual del ejército español y una de las principales fabricantes de armamento europeo (la surrealista respuesta de Clos a estas acusaciones fue: “Decir que construiremos la paz sin armas es banalizar el debate”). Endesa, uno de los seis socios colaboradores del Forum, es responsable directa de la destrucción de buena parte de la selva amazónica y de la expulsión de sus tierras de los indios mapuches en Chile. Por lo que toca a la sostenibilidad medioambiental, no parece que el desarrollo especulativo de la ciudad o la construcción de playas e islas artificiales sea una actividad particularmente respetuosa con el medio. Greenpeace ha denunciado que la extensión del puerto y del aeropuerto y la instalación de sistemas depurativos para las playas de la ciudad están causando serios daños ecológicos. Y en cuanto a la diversidad cultural, no será, desde luego, la que representan los gitanos del barrio de La Mina o los inmigrantes que malviven en la ciudad.