Neuromante
04/03/18, 23:13:01
Soy un puto novato en esto. No me gano la vida con esto, y por ahora no tengo ningún plan para sacar de la fotografía más que agradables caminatas por donde sea, caras extrañadas de viandantes, e interminables horas en el PC con el Raw Therapee intentando hacer que lo que he hecho merezca la pena echarle un ojo. Porque ni ligar, oigan.
Me gusta hacer foto urbana, más que por un estudio previo de las distintas corrientes y estilos fotográficos, porque me gusta pasear por la ciudad sin rumbo fijo, descubrir cosas nuevas y perderme en callejones y callejuelas por las que jamás nunca había pasado. Es divertido, y si encima me llevo algo luego para enseñarlo y que alguien lo vea, pues tremendo.
Evidentemente, si vas haciendo fotos por la calle, hay cosas con las que hay que tener cuidado. No sólo hay que ser consciente de tu entorno (No, ir a hacer fotos al mercadillo de cromos de la Plaza de Quintana, por muy entrañable que sea, seguramente que te va a dar más problemas con los padres diciendo "que cojones hace el tipo ese con un teleobjetivo" que momentos entrañables), entender que aunque la mayor parte de las veces eres como un fantasma entre la gente que va del punto A al punto B en el camino de su vida, hay muchas otras en las que puedes molestar o resultar incómodo, y, sobre todo, tener cuidado con donde te pones, porque por muy chula que te pueda quedar una foto, mola mucho más que no te pase un coche por encima.
Hoy he salido a dar una vuelta por Madrid, buscando fotos de gente yendo de sus particulares puntos A a los particulares puntos B. Vamos a decir que estaba por la zona centro, en una de las principales arterias de Madrid, cruzándola. Al otro lado, algo lejos, la arteria en cuestión se había quedado completamente vacía, ya que estaba entre dos semáforos que habían bloqueado el recorrido. De repente, una figura sale corriendo de una de las aceras con algo en la mano, se planta en mitad de la carretera, se arrodilla, hace algo, y se vuelve. Una pareja detrás de mi comenta "hay que ser gilipollas para atarse los zapatos en mitad de la calle." Supongo que con las cosas de llevar unos años con esto, hay comportamientos que "huelen" y evidentemente el tipo en cuestión no estaba atándose los zapatos, sino buscando un encuadre fetén.
Ahora, quizá estoy exagerando, quizá no fue para tanto, ya que estaba en mitad de la calle (Aunque no en un paso de cebra), pero no había ningún coche cerca por los semáforos, pero es que no puedo sacarme de la cabeza que el concepto de ponerse en el centro de una calle enorme de una ciudad, aunque no pasen coches, para poder sacar una foto chula, es una irresponsabilidad del tamaño de la lente Sigma esa de 5000 pavos que se hizo famosa por las reviews de coña de Amazon. Y sobre todo que es el tipo de situación en el que el riesgo (Tanto para ti como fotógrafo como para el resto de la gente que pasaba por ahí) deja en pañales a cualquier foto que te pueda salir, sobre todo si hablamos de monumentos que han sido fotografiados ad nauseam.
Me gusta hacer foto urbana, más que por un estudio previo de las distintas corrientes y estilos fotográficos, porque me gusta pasear por la ciudad sin rumbo fijo, descubrir cosas nuevas y perderme en callejones y callejuelas por las que jamás nunca había pasado. Es divertido, y si encima me llevo algo luego para enseñarlo y que alguien lo vea, pues tremendo.
Evidentemente, si vas haciendo fotos por la calle, hay cosas con las que hay que tener cuidado. No sólo hay que ser consciente de tu entorno (No, ir a hacer fotos al mercadillo de cromos de la Plaza de Quintana, por muy entrañable que sea, seguramente que te va a dar más problemas con los padres diciendo "que cojones hace el tipo ese con un teleobjetivo" que momentos entrañables), entender que aunque la mayor parte de las veces eres como un fantasma entre la gente que va del punto A al punto B en el camino de su vida, hay muchas otras en las que puedes molestar o resultar incómodo, y, sobre todo, tener cuidado con donde te pones, porque por muy chula que te pueda quedar una foto, mola mucho más que no te pase un coche por encima.
Hoy he salido a dar una vuelta por Madrid, buscando fotos de gente yendo de sus particulares puntos A a los particulares puntos B. Vamos a decir que estaba por la zona centro, en una de las principales arterias de Madrid, cruzándola. Al otro lado, algo lejos, la arteria en cuestión se había quedado completamente vacía, ya que estaba entre dos semáforos que habían bloqueado el recorrido. De repente, una figura sale corriendo de una de las aceras con algo en la mano, se planta en mitad de la carretera, se arrodilla, hace algo, y se vuelve. Una pareja detrás de mi comenta "hay que ser gilipollas para atarse los zapatos en mitad de la calle." Supongo que con las cosas de llevar unos años con esto, hay comportamientos que "huelen" y evidentemente el tipo en cuestión no estaba atándose los zapatos, sino buscando un encuadre fetén.
Ahora, quizá estoy exagerando, quizá no fue para tanto, ya que estaba en mitad de la calle (Aunque no en un paso de cebra), pero no había ningún coche cerca por los semáforos, pero es que no puedo sacarme de la cabeza que el concepto de ponerse en el centro de una calle enorme de una ciudad, aunque no pasen coches, para poder sacar una foto chula, es una irresponsabilidad del tamaño de la lente Sigma esa de 5000 pavos que se hizo famosa por las reviews de coña de Amazon. Y sobre todo que es el tipo de situación en el que el riesgo (Tanto para ti como fotógrafo como para el resto de la gente que pasaba por ahí) deja en pañales a cualquier foto que te pueda salir, sobre todo si hablamos de monumentos que han sido fotografiados ad nauseam.