Y digo yo, ¿tanto cuesta ser cortés y educado?
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, 15/07/08 at 22:51:06 (5890 Visitas)
Llevo ya un tiempo que me siento molesto cuando alguien me aborda, sin tener un mínimo de cortesía por quien va a recibir el abordaje, que soy yo. Ya sea para hacer una pregunta o para venderte una burra de colores.
¿Tanto cuesta un saludo de cortesía? ¿Tanto esfuerzo supone la disculpa por la intromisión en tu tiempo y mis pensamientos?
Imagino que todos tenemos derecho a preguntar, porque quien pregunta no se equivoca jamás, pero se puede hacer la pregunta en el momento menos oportuno.
Y cuál es ese momento mágico en que hacer una pregunta no es un engorro. Pues el momento en el que él que supones que te va a responder está en predisposición a hacerlo.
Recuerdo un articulo de un blog que se llamaba algo así como "Cómo hacer preguntas inteligentes", que me dejó sorprendido por la claridad con que el personaje apartaba de sí toda aquella pregunta que no estuviera planteada de manera inteligente e indujera a una respuesta de la misma categoría.
Y eso no significa que la pregunta fuera de hondo calado intelectual, sino que su forma al plantearla fuera meditada, pensada. Las preguntas de este tipo: ¿Alguien tiene un diagnóstico para las personas que, tras negarles la entrada en mi casa para venderme cualquier cosa que no necesito, insisten e insisten? y otro le responde: la venta puerta a puerta es muy dura, pero la insistencia tras la negación a comprar , solo se puede justificar por idiocia sacrocoxigea.
Oye, que yo no digo que todo el mundo tenga que ser Maura, tampoco Pemán, pero algo de tacto si se ha de tener.
Desde luego conmigo se ha de tener, porque me reconozco en la Viuda negra (la araña) que como el macho no siga las pautas instintivas con cierto ritual, no va ha haber gineceo, ni siquiera juerga, vamos que palma el macho antes de ponerse a la faena de la perpetuación.
Que nadie me va a sacar nada si empieza diciendo que quiere aprender de mi gratis, ni haciendo apología de lo cortés que puede ser uno ( también llamado idiota por el vampiro) cuando quien necesita algo lo pide sin más y siempre hay un -idio.. perdón- dadivoso y cortés individuo que le ofrece la solución, sin habérsela ganado siquiera con un ..."buenos días", o un ... "disculpe... ¿me puede ayudar?". Algo. Algo que te de la oportunidad de ayudar, no de ser vampirizado.
Y lo peor es que me estoy haciendo mayor para admitir las nuevas tendencias del "oye tu. Dame lo que sabes que me quiero aprovechar de ello".