Consejos para fotografiar niños (o la dura experiencia de la fotografía infantil)
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, 13/04/09 at 23:28:54 (61550 Visitas)
Cuando comencé a plantearme la redacción de esta entrada de blog, tuve dudas sobre el esquema que iba a elegir. Obviamente, los niños son personas, así que podrían estar incluidos en el texto que Wamba ha escrito en este mismo blog sobre cómo fotografiar personas.
Sin embargo, cualquiera que haya tenido un loco bajito enfrente suyo (sobre todo si tenía delante de su cara una cámara) sabrá de las específicas características y de las especiales dificultades de este tipo de retratos.
Es por ello por lo que, esta entrada pretende ser un apéndice sobre un tipo de retrato que puede ser uno de los más gratificantes a la vez que uno de los más complejos.
Comencemos con una obviedad: un niño no es un adulto.
Sí, ya sé que la mayoría de los lectores de este blog conocen este dato. Pero… lo utilizan a su favor a la hora de hacer fotos infantiles??
Los niños tienen unas motivaciones totalmente diferentes a las que tienen los adultos. A un niño no le interesa salir guapo, o tener un recuerdo de un momento especial. A un niño estas cosas le traen al pairo. Pero los adultos queremos fotografiar esos llamados por John Lennon "juegos de la mente infantil" y además sabemos por experiencia que cuando esos niños sean adultos estarán encantados de que hayamos inmortalizado una parte de su pasado.
Pues bien, si a los niños no les motiva esto… qué les motiva? Cómo podemos conseguir que paren un segundo delante de nuestro objetivo para poder conseguir una imagen? Quien no se ha sentido desesperado intentando cazar la atención de un niño después de perseguirlo por toda la casa?
La respuesta, como en muchos otros casos es sencilla: la comunicación es una de las bazas que tenemos.
Siempre será más fácil hacer un retrato a un niño con el que estemos hablando, al que estemos sonriendo o haciendo reír que a uno que simplemente vea un mazacote negro delante de su cara. Es fundamental hablar con los niños, contarles historias, utilizar trucos (tienes que fijarte en cuando en el centro de esto negro se abra una ventanita y me tienes que avisar…) , cuentos, inventar, jugar…
Precisamente aquí estriba una de las claves. Cuando un niño considera que la cámara es simplemente un elemento más en un juego, empieza a perderle el miedo y a olvidarla.
En esta foto, comencé a hacer burla al niño detrás del objetivo, y empecé a retarle para ver quien hacía una burla más grande. Y conseguí un gesto muy simpático y una foto que probablemente le guste mucho cuando sea mayor.
Otro de los elementos importantes en el juego y un truco para conseguir mejores imágenes son los disfraces.
Cuando los niños se disfrazan es como si de repente asumieran la personalidad del personaje al que representan. Y, además, se crea un ambiente mucho más lúdico y relajado, algo fundamental para que las fotos salgan naturales.
Por cierto, los efectos de los disfraces se multiplican si es el propio fotógrafo quien se disfraza y entra en el juego como uno más.
Os pongo unos ejemplos:
Berta y Carlota, mis modelos angelicales, son unas niñas estupendas, pero se sentían muy cohibidas con mi presencia, y sobre todo con la de la cámara que me tapaba la cara. Así que todas (su madre y yo incluidas) nos disfrazamos con alas de ángel y utilizamos este recurso para conseguir que se relajaran. Las imágenes dan fe de que lo conseguimos.
Pues bien, si el primer consejo es lograr que el niño se relaje jugando y hablando y riendo con él, el segundo sería la posición de la cámara y el tipo de encuadre.
Un buen consejo para comenzar con el retrato infantil es ponerse a la altura del niño. Es decir, hay que doblar las rodillas y ponernos en su mismo plano. Así conseguimos que la mirada del niño esté a nuestra altura (yo siempre recomiendo que esté en el tercio superior porque tiene más fuerza) y él o ella se sienta más cómodo.
Os pongo algunos ejemplos:
Sin embargo, dependiendo de la sensación que queramos provocar o la que estemos sintiendo en ese momento, esta regla se puede saltar.
En este retrato: “la princesa de la boca de fresa”
Yo le contaba a mi modelo un cuento en el que ella era la protagonista, y estaba tan alucinada, que me levanté y tomé la foto desde arriba, como si quisiera enfatizar la cara de interés de la niña
En este tipo de retratos a mi me gusta utilizar aperturas grandes de diafragma (entre 1,8 y 2,2) para poder enfatizar la mirada y dejar más difuso el resto.
En la siguiente foto: Asteroide B612 quería representar la historia del principito, un niño solo en un mundo que necesitaba a un amigo, creo que lo conseguí con la ayuda de esta estupenda modelo
Los picados igualmente son interesantes para mostrar el mundo infantil con una cierta distancia del de los adultos, es un recurso que nos sirve para decir más con una imagen.
Otros consejos que pueden ser de interés son los de fotografiar a los niños en su entorno, jugando
Algunos ejemplos:
O fotografiarles en fiestas en las que participen:
Respecto a los tratamientos, podemos utilizar el blanco y negro y el color. Como sugerencia, en los retratos a bebés siempre es más interesante un tratamiento más dulce, con menos contraste, tipo el que he aplicado a las fotos de los angelitos que están más arriba.
Sin embargo, si queremos que un retrato infantil tenga fuerza y que impacte más, el tratamiento puede ser algo más agresivo, con contrastes más altos y colores más intensos, como en estos ejemplos que os traigo:
Y obviamente, habéis de utilizar el que consideréis que va mejor a cada foto.
Espero que estos consejos os ayuden, para finalizar lo resumiría en tres:
Paciencia, paciencia y paciencia
Y no perdáis la motivación porque la primera foto sea mala, ni siquiera porque lo sea la numero mil… el retrato infantil os va a dar muchas satisfacciones. Seguro.
Y, como siempre, quedo a vuestra disposición para cualquier duda, comentario o sugerencia.
Un cordial saludo
Maribel