Principiando

La fotografía de bodegón permite al fotógrafo un elevado control sobre los elementos de la imagen. Consiste en fotografiar cualquier objeto o grupo de objetos inanimados y de situarlos en un contexto que transmita una emoción o relate una historia.

Lo primero que se necesitará es un buen trípode. Bob Martin recomienda usar velocidades de obturación lentas, salvo que las luces sean muy potentes o use flash. El trípode permite mantener la composición y la posición de la cámara mientras se ajusta la luz.

En fotografía de bodegón, la iluminación es tan importante como el sujeto. Existen diferentes sistemas de iluminación, desde flashes y focos de estudio hasta lámparas domésticas. No hacen falta las luces de estudio, de todos modos: se puede aprovechar la luz natural.

Hay dos tipos de fondo esenciales para hacer buenas fotos de bodegón: fondo blanco o fondo negro. Se pueden fabricar con cualquier superficie: plexiglás, terciopelo, formica, lienzo... Experimente con patrones y texturas.

El terciopelo negro es muy bueno porque absorbe la luz. Debería colocarse de modo que el objeto que se vaya a fotografiar quede situado en un extremo de la tela, con el resto dispuesto encima de una silla o sujetado con pinzas a un bastidor apropiado: el fondo debería ser continuo.

Un fondo blanco se puede usar del mismo modo que uno negro, aunque se verán sombras en la imagen.

Béatrice Helg, Profondeurs VIII, 2008


Cómo hacer que los objetos floten en el espacio.

Bob Martin nos explica que existe una técnica con la que se puede crear la impresión de que los objetos flotan en el espacio. El fondo se tiene que iluminar por separado y debería ser unos dos puntos más brillante que el objeto.

Así es como funciona. Tome una lámina de vidrio y colóquela entre dos sillas. Organice el sujeto sobre el vidrio y sitúe las luces del modo que prefiera para iluminarlo. Haga la fotografía desde arriba, con la cámara montada sobre un trípode. En el suelo, bajo la lámina de vidrio, extienda una sábana blanca e ilumínela separadamente. Se trata de que resulte dos puntos más brillante que el sujeto.

Si la lectura del fotómetro sobre el sujeto es 1/30 segundos a f8, entonces sobre la sábana debería ser, como mínimo, 1/30 segundos a f16. Esta diferencia asegura que el fondo "se queme". La distancia entre el sujeto y el fondo es lo suficientemente grande como para que éste quede desenfocado y su textura no sea visible.

Con una lámina de plástico traslúcido también se puede hacer. Se coloca en algún tipo de bastidor de manera que se curve suavemente por la mitad formando un arco. Si se ilumina la lámina desde abajo con otra luz, el sujeto dará la sensación de que flota en medio de la nada.

En la fotografía de bodegón se pueden usar muchos fondos: telas, hojas de árbol, guijarros de playa, arena...

Béatrice Helg, Profondeurs VII


Un ejemplo de iluminación simple

Usaremos un fondo blanco. Coloque una lámina de cartulina blanca con un ángulo de 90º con respecto a la superficie sobre la que ha situado el sujeto. Disponga dicho sujeto y estudie la iluminación. Un buen punto de partida es ubicar una luz clave, la principal, a un lado y ligeramente por encima del sujeto. Coloque una segunda luz, de relleno, en el otro lado, un poco más baja que la luz principal. Use una lámina de cartulina blanca o poliestireno como reflector para que la luz rebote en el sujeto y rellene las sombras. Para que el fondo quede de color blanco puro, use otra luz y diríjala solo hacia el fondo. Recuerde que la lectura del fotómetro tiene que dar dos puntos más que en el sujeto.

Cuando mida la luz, es esencial que tome la lectura en el sujeto, no en el fondo. Pruebe a usar la cámara en el modo de exposición manual.

Mari Mahr.

Uno de los objetivos habituales de la fotografía de naturalezas muertas es resaltar la textura de los elementos que se fotografían. Para recrear la forma y la textura de un sujeto, es muy importante la iluminación que se use.

La mejor forma de reproducir la textura es usar iluminación lateral, luz directa e intensa desde un ángulo oblicuo. Esto es particularmente efectivo cuando se trata de objetos con muchos detalles, como madera rugosa o con nudos o la sutil textura de las plumas de ave. Sin embargo, hay que procurar que las sombras no echen a perder el efecto que se intenta conseguir.

La iluminación difusa crea una atmósfera más delicada, con poca sombra. La luz suave revela los detalles del sujeto a la vez que lo moldea, lo cual hace que esta luz sea ideal para objetos delicados.

Algunos objetos presentan formas fascinantes, como los frascos de perfume. Se pueden destacar las formas usando iluminación posterior o incluso a contraluz. Situando la principal fuente de luz detrás del objeto se consigue una silueta perfectamente definida. Se puede experimentar poniendo pequeños objetos opacos dentro de un visor de diapositivas y luego encendiéndolo.

Composición del bodegón

No tenga miedo de aproximarse al sujeto. Llene el encuadre y acérquese aún más.

Mire lo que tiene intención de fotografiar y pregúntese: ¿dónde radica el interés?

Algunos objetos han de colocarse en un lugar que proporcione cierta sensación de contexto.

De todos modos, un objeto fotografiado completamente fuera de su contexto puede crear un efecto muy interesante.

Josef Sudek

El enfoque es un asunto crítico en la fotografía de bodegones. Como la profundidad de campo es muy reducida en las distancias cortas, seleccione aberturas pequeñas y velocidades de obturación lentas. Por eso es necesario un buen trípode. Aun así, también puede probar usando una profundidad de campo reducida para desenfocar deliberadamente ciertos elementos del bodegón.

No hay objetivos apropiados ni no apropiados para la fotografía de bodegón, pero los hay apropiados y no apropiados para sujetos concretos. Si fotografía objetos con líneas rectas, como una caja, es preferible usar una focal de 85mm o más grande, ya que, cuanto más larga sea la longitud focal, menor será la divergencia de las líneas verticales hacia la parte superior del encuadre.

Una buena naturaleza muerta o bien tiene una unidad temática (objetos hechos con madera, libros antiguos...) o bien muestra objetos con contrastes marcados de formas, líneas y texturas.

La mayoría de las naturalezas muertas se preparan cuidadosamente, pero no todas. ¿Qué pasa si entramos en una tienda de muñecas antiguas? Los escaparates constituyen buenos ejemplos donde empezar a buscar composiciones de este tipo.

Josef Sudek.

Diviértase fotografiando bodegones.

Experimente.

Coloque objetos en posiciones extrañas.

Utilice filtros de colores frente a las luces.

Aproveche la luz natural de las ventanas.

Use los focos de luz que desee para crear la atmósfera que envuelva el bodegón.

Pruebe diferentes ajustes de exposición para observar qué efecto tienen en el tono las diferentes exposiciones de los semitonos.

Cómo crear un bodegón

1.- Examine el motivo o los motivos y decida las necesidades en cuanto a ángulo de cámara, distancia focal e iluminación, así como el color de fondo y los accesorios que potenciarán el motivo.

2.- Reúna los accesorios que quiera colocar junto al motivo.

3.- Elija el fondo o el escenario.

4.- Improvise una primera composición en la que prime el motivo principal.

5.- Pruebe distintos tipos de iluminación hasta dar con el más adecuado.

6.- Sitúe la cámara.

7.- Haga los últimos retoques a la composición.

8.- Realice los últimos ajustes del ángulo de cámara.

9.- Haga los últimos retoques de luz.

10.- Dispare.

Para inspirarse

Béatrice Helg crea composiciones elegantes y refinadas de espacios abstractos.

Mari Mahr. Usa técnicas de collage y de montaje de fotografías: crea un trabajo muy personal que habla del exilio y los recuerdos y las identidades desorientadas.

Josef Sudek. Sus bodegones son intensos y poéticos y logran una notable universalidad.

Bibliografía

Guía avanzada de fotografía. National Geographic. Varios Autores.

Curso avanzado de fotografía digital. Ed. Blume. Tom Ang.

Gran Atlas de la Fotografía Ed. Lubsa. Varios Autores.

Esos son los libros que he usado. Para saber sobre cómo hacer un bodegón, de todos los colores y maneras, el tratado más completo que he leído (y que no he transcrito, porque es demasiado profesional para mí y este texto va a parecer el cuento de nunca acabar) es un capítulo que se llama El arte del bodegón, escrito por Michael Freeman en su Compendio de fotografía digital, editado por Blume.