Tecnicas de camuflage
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, 19/10/11 at 17:28:54 (12510 Visitas)
El hide, todos sus secretos, como trabajar a escasos metros de la fauna salvaje
SUMARIO
- Para fotografiar un animal del tamaño de una perdiz con una focal de 500 mm., el fotógrafo para conseguir llenar el encuadre con ésta, tendrá que tenerla a unos cinco metros.
- En poco más de un metro cuadrado, pasaremos unas doce horas procurando ser lo más silencioso posible y con la atención siempre puesta en lo que sucede en el exterior.
- Un estudiado equipamiento en función de la situación hará más llevadera nuestra estancia en el hide.
- El silencio en el hide será uno de nuestros mejores aliados en el hide, ya que así no alertaremos a la fauna salvaje.
- Minimizar los movimientos de la lente es una clave para tener éxito en las sesiones de hide.
En un país donde la presión cinegética provoca un miedo innato de los animales al hombre, debido a la persecución de un gran número de especies, hace que la fauna salvaje sea bastante recelosa a dejarse fotografiar.
Muchas veces, es injustamente comparada la caza de carácter cinegético con la caza fotográfica, siendo totalmente diferentes, tanto en el lance como en el desenlace final. Un ejemplo, si nuestra intención es fotografiar una perdiz, mientras que un cazador con su escopeta puede abatirla con un poco de pericia a cuarenta metros, un fotógrafo con una focal de 500 mm. para fotografiarla a fotograma completo, la tendría que tener a apenas cinco metros, ¿cómo hacemos para acercarnos tanto?
En los siguientes dos capítulos explicaremos cómo acercarnos a la fauna o como hacer que ella se acerque a nosotros, qué materiales emplearemos o cómo debemos de comportarnos en la espera. Siempre con el máximo cuidado del ambiente en el que trabajamos y con el mayor respeto hacia los sujetos que fotografiamos, todo ello, con la esperanza de ayudar a todo fotógrafo iniciado en estas lides, abriendo así una etapa de nueva proyección fotográfica.
QUÉ ES UN HIDE
Hide, escondite, blind, chozo… llamado de múltiples maneras por los fotógrafos de naturaleza, se asemeja a una tienda de campaña, generalmente mimetizada, donde se realizan esperas. Tiene que estar colocado en un lugar estratégico y el fotógrafo introducido en él, camuflando así al fotógrafo y a su equipo, y permitiendo que la fauna sea menos recelosa al pasar por allí o al acudir a comer, bañarse etc..., pasando el fotógrafo desapercibido, en parte, para así llevar a cabo nuestro cometido, el fotografiar a la especie deseada.
EL HIDE Y SUS VARIACIONES
Hay tantas clases de hides como situaciones podamos plantearnos y podamos imaginar, por lo que mencionaremos las clases más frecuentes a modo de orientación:
Hide convencional: de todas las disciplinas fotográficas en la naturaleza, y más concretamente en la de fauna salvaje, el equipo anexo al material fotográfico, adquiere una vital importancia y no debemos escatimar en éste, pues quizás, el hide sea tan importante como la cámara, el objetivo y el trípode.
De todos los tipos de hide, es el más utilizado para la mayoría de situaciones y es básicamente una tienda de campaña mimetizada.
Existen varias casas comerciales que los distribuyen en una gama de precios que oscila entre los 80 y los 400 euros. Éstos varían en función de los materiales y no debemos fiarnos de comprar un hide sólo por su precio atractivo, si no que debemos ser conscientes de nuestras necesidades y fijarnos en los materiales empleados para su construcción. De nada nos valdría comprar un hide que sea ligero y construido de un material liviano, si luego lo necesitamos para montar en una zona ventosa, no haría otra cosa que ahuyentar a nuestros motivos con las ráfagas de viento haciendo silbar al hide.
CÓMO HA DE SER NUESTRO HIDE
Aunque parezca obvio, vamos a repasar qué propiedades ha de tener un hide a fin de ser eficaz en el medio.
Lo primero y fundamental, es aconsejable que sea de un color discreto con el medio, no necesariamente ha de ser un color mimetizado, quizás, con un verde oliva nos es suficiente y nos va a resultar muy adecuado si luego pretendemos taparlo con redes o con vegetación.
Seguidamente hay que comprobar que el material del que está formado sea totalmente opaco, ya que si fuera translucido, con el sol a la espalda proyectaríamos una silueta en el interior de éste, alertando a la fauna.
Tenemos que asegurarnos que la tronera o troneras (agujero por donde asomaremos los objetivos) sea lo bastante grande para que entre nuestra lente y que podamos moverla sin que se resienta todo el hide, pudiendo alarmar una vez más al sujeto en cuestión.
Si vamos a trabajar en zonas donde las precipitaciones son frecuentes, procuraremos que sea lo más impermeable posible y que con una cantidad elevada de agua o nieve no se nos hunda el techo, ya que no hay nada más desagradable que una sesión de doce horas de hide con goteras o con un techo que rozamos con la cabeza cada vez que nos incorporemos hacia la cámara, produciendo así ruido y movimiento no deseados.
Otra opción, si pretendemos economizar, es comprar nosotros la tela adecuada y hacer un armazón con varillas metálicas, siempre procurando tener en cuenta las premisas anteriormente citadas. Comprado o casero, ambos desarrollaran la misma función y han de tener los mismos requisitos si queremos tener éxito en nuestras jornadas fotográficas.
Hay múltiples variantes del hide convencional, éstas son algunas de ellas: Hide a ras de suelo
Cuando queremos conseguir un punto de vista bajo o nuestros sujetos desarrollan su actividad en el suelo, y más si son de reducido tamaño, para evitar tomas picadas no nos queda más remedio que tumbarnos en el suelo y desde allí fotografiar.
Los mas utilizados son hides a modo de tubo, generalmente de fabricación casera a partir de una varillas de tiendas de campaña a las que le superponemos la tela en cuestión. Para estos hides es muy recomendable utilizar una esterilla o un aislante entre nuestro cuerpo y el suelo para restar humedades y hacer lo más llevadera posible la sesión, que por lo general, debido a una total incomodidad, no son demasiado largas, ya que la espalda, el cuello y los hombros suelen sufrir bastante al estar tanto tiempo en alerta y en una posición forzada.
Hide acuático
En humedales donde la movilidad constante de las especies que allí habitan y la lejanía con respecto a la orilla, hace que muchos fotógrafos utilicen un hide flotante. Así, nos acercaremos a la especie en cuestión y podremos fotografiarla en su entorno (véase recuadro).
El mayor peligro de este hide puede residir en que trabajamos en un medio especialmente hostil para el equipo fotográfico. Si decidimos trabajar con él debemos garantizar su flotabilidad y como mínimo, tanto la integridad de la cámara y del objetivo como de los anexos (tarjetas, baterías, aros de extensión, disco duro...). Para éstos, una pequeña bolsa estanca puede ahorrarnos más de un disgusto.
Evidentemente para fotografiar con un hide acuático (bautizado de mil maneras), es aconsejable estar provisto de un traje de neopreno para evitar pérdidas de calor al estar largos periodos de tiempo en el agua, además de unas aletas para facilitar una movilidad adecuada con él. Las imágenes resultantes serán, por lo general, atípicas, además de conseguir un punto de vista a ras de agua.
DÓNDE COLOCAR EL HIDE
Ésta, probablemente, sea la pregunta más frecuentada por los fotógrafos que se inician en la fotografía de fauna salvaje, ya que una vez hecho el seguimiento de una especie y tras conseguir todo el material necesario, deciden montar en un lugar determinado y se equivocan de manera insistente, o cuando consiguen la confianza del sujeto, la luz es demasiado dura.
Debemos de tener en cuenta tres factores principales a la hora de colocarlo. El primero de todos es la orientación que debemos darle al hide. Muchos fotógrafos se colocarían sin dudar a la espalda del sol, pero cuando montamos un hide, un animal salvaje nos puede entrar a cualquier hora, ¿cómo lo montamos? ¿a la espalda del sol del amanecer o a la espalda del sol de las cuatro de la tarde?
Si hemos elegido un emplazamiento aparentemente correcto y si hacemos una sesión no demasiado larga, optaremos por colocar el hide con el sol a la espalda, pero si hemos decidido realizar una sesión de sol a sol, colocaremos el hide con una orientación intermedia entre los dos puntos (el sol del amanecer y el sol de las cuatro de la tarde), consiguiendo una luz semi-lateral tanto a primera hora, como a última hora el día, y una luz relativamente buena el resto del día.
En muchas situaciones, no basta con un hide para poder fotografiar fauna salvaje, en este número daremos unos consejos prácticos y cuestiones que se nos presentaran en futuras sesiones.
CÓMO CAMUFLAR UN HIDE
Ya hemos decidido qué tipo de hide utilizaremos y qué emplazamiento y orientación vamos a utilizar. Muchas veces, la presencia de un hide no es suficiente para ganarse la confianza de nuestro sujeto, ya que posiblemente si le está dando el sol puede ser bastante visible a decenas de metros. Para ello, reforzaremos éste con la utilización de redes miméticas diseñadas para tal fin o con vegetación colindante. A la hora de comprar las redes, nos aseguraremos que no emitan destellos y que su material sea lo más silencioso posible, ya que hay que recordar que estará fuera del hide y cualquiera de esos dos factores pueden arruinar nuestra jornada fotografica. Con respecto a la vegetación, es muy importante que si hemos decidido utilizar masa vegetal, en la medida de lo posible, cojeremos ramas caídas o de arbustos muertos. Si por la zona no nos que más remedio que utilizar masa vegetal verde, es de vital importancia que esas plantas que utilicemos no esten protegidas y que no posean algún grado de conservación, ya que si hacemos ésto, posiblemente hariamos más daño del que creemos al medio en el que habita el animal que pretendemos fotografiar.
UTILIZAR EL FLASH CON UN HIDE
En muchas situaciones nos será inviable fotografiar con las condiciones ambientales o quizas esa luz, aun siendo suficiente, es demasiado dura y necesitaremos en ambas situaciones el apoyo de la luz artificial..Pero aquí se presenta un problema ¿dónde colocamos los flashes? dentro del hide o fuera, y si los colocamos fuera ¿de qué modo?
En el interior del hide, el espacio es de por si reducido y aunque a priori es lo lógico, es más aconsejable colocarlo en el exterior, ya que aparte de tener un cachivache menos con el que golpearnos o rozarnos en nuestra casa de un metro cuadrado, no anegaremos una de nuestras valiosas mirillas por las que observaremos el exterior.
Son muchas las opciones que tenemos para colocar los flash, podemos ponerlo en la parte superior del hide, en un trípode o encima de nuestro objetivo.
Colocarlo en la parte superior del hide, puede ser útil si nuestro sujeto es grande, ya que cubriremos un amplio rango. Pero si nuestro sujeto se encuentra a pocos metros del hide y su tamaño es reducido, al picar los flashes, es muy posible que produzca molestas sombras, además de ponerle unas 'antenas' al hide que romperán su efecto mimético.
Si lo que queremos es movilidad, no dudaremos en poner el flash en la punta del objetivo, pero seremos aun más precavidos en nuestros movimientos, ya que aumentará el volumen móvil y por tanto, la fauna puede recelar ante nuestro ingenio.
Quizás, el más recomendable sea el montar un par de flashes sobre una rama seca o una varilla clavada en el suelo, o en su defecto, un trípode. Es aconsejable utilizar como mínimo dos unidades de flash, ya que con una orientación buena podremos mitigar todo tipo de sombra y cubrir bastante rango con respecto a la parte frontal del hide. Quizás este método sea el más recomendado para iluminar bien al sujeto tanto para por poder regular la altura, como la dirección de éstos,
Cabe recordar que la utilización de iluminación artificial, requiere un periodo de adaptación por parte de los sujetos para que no recelen en absoluto de los destellos producidos por el flash.
EN EL INTERIOR DEL HIDE
EQUIPO RECOMENDABLE
El equipo variará en función de la época del año y del equipo del fotógrafo además de la especie que pretendemos fotografiar. Ésto quizás sea tan importante como el equipo fotográfico, ya que sin ellos seria bastante complicado realizar nuestra sesión.
- Trípode: es la prolongación de nuestro equipo fotográfico, ha de ser estable y su rótula se debe de poder liberar con facilidad y apresarla de movimiento con una sola mano en el menor tiempo posible, ya que con la otra, estaremos sujetando la cámara, facilitándonos el trabajo a la hora de encararnos al sujeto.con la ropa, produzca el menor ruido posible.
- Silla: ha de ser cómoda y resistente ya que pasaremos largos periodos de tiempo sentados. Para esperas largas es más que recomendable que posea un respaldo para que la espalda no sufra en la espera. Además debemos de asegurarnos que el tejido de la silla, al roce con la ropa, produzca el menor ruido posible.
- Ropa de espera: ha de ser cómoda ante todo y en condiciones de bajas temperaturas que tenga un alto poder aislante, ya que a medida que pasan las horas de espera, la pérdida de calor cada vez será más notable (ver numero 132 “naturaleza bajo cero”).
- Mochila: una vez transportado el equipo, la mochila en poco más de un metro cuadrado, se convierte en un armatoste ruidoso que siempre rozamos con las botas. Las cremalleras suenan como sirenas en el campo cuando las abrimos, por ello, es una opcion dejarla fuera del hide y esconderla en una zona próxima (un seto valdría).
- Riñonera: si decidimos dejar fuera la mochila, una riñonera con las baterias, aros de extensión, tarjetas, multiplicadores... etc, será de gran utilidad, ya que ocupa menos que la mochila y la podemos dejar a un lado del hide sin que estorbe. También nos la podemos colocar en la cintura si el suelo está mojado o húmedo o simplemente si hemos montado en un rio.
CÓMO COMPORTARNOS EN UN HIDE
Para la mayoria de la gente, el hide es poco más que la cámara de los horrores, un lugar donde no te puedes mover, tienes que estar siempre alerta y para colmo de males o hacer frio o hace calor. Un lugar donde no podemos hablar y encima si no tenemos al animal delante no podemos hacer fotos, ni siquiera se puede probar para medir la luz. Si debemos estar tanto tiempo metidos en el hide y no podemos hacer casi nada ¿cómo afrontaremos catorce horas de sesión?
La experiencia en estas lides y el conocimiento de la especie, nos dirá cuales son las horas en las que debemos permanecer más alerta y estar más pendientes de la aprición de nuestro sujeto. Mientras tanto, siempre que centremos nuestra atención en lo que pase ahí fuera, podemos entretenernos con algo de lectura ligera (que no nos absorba demasiado) o con cualquier otro pasatiempo que nos permita encaramarnos rápidamente hacia el equipo fotográfico y no perder una oportunizadad que quizas no volvamos a tener.
ALIMENTARSE
En las largas horas de espera, nuestro cuerpo nos demandará renovar la energía para su funcionamiento, tenemos que ser conscientes qué tipo de alimentos ingeriremos y qué cantidad. Si bebemos en exceso, nuestras ganas de orinar aumentaran y por supuesto no podemos salir del hide, por lo que un término medio, en función del clima, sería lo correcto, Una opción es la de ingerir barritas energéticas, ya que son de fácil absorción por nuestro organismo y nos aportan la energía necesaria para no pasar hambre. También es a tener en cuenta que el plástico o el papel de aluminio que envuelve nuestro alimento, al manipularlo hará bastante ruido.
EL DESGASTE Y LA MOTIVACIÓN
Al principio de la sesión fotográfica, no tenemos otra cosa en la cabeza que el de cómo fotografiaremos al animal en cuestión, pero con el paso de las horas, nuestra moral baja y empezamos a notar el cansancio, el hambre, el calor o el frÍo, y si le sumamos unas condiciones meteorológicas adversas y no hay movimiento aparente ese día, cabe la posibilidad de que nos preguntemos qué hacemos ahí en medio del monte, sentados en una silla en una tienda de campaña con la que está cayendo. Ahí es donde tenemos que tener la suficiente paciencia para aguantar ese momento crítico y esperar un poco más. No son pocas las sesiones en las que después de todo un día de espera, aparece nuestro sujeto con las últimas luces del día, dejándose fotografiar, dando sentido a todo esto. Es entonces cuando las pulsaciones te suben a mil, el frió o el calor desaparecen, se olvidan las horas de espera y el madrugón. Ahí estas tu, separado por un trozo de tela a pocos metros de un animal salvaje, viviendo algo que sólo estás viviendo tú, que has oído contar pero que ahora te toca a ti contarlo porque lo estás viviendo y que mejor manera de contarlo que con las fotografías que has conseguido con tanto esfuerzo y tanta preparación. ¡felicidades!