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Con buena luz

!!!!!serengueti!!!!

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SERENGUETI


Uno de los destinos soñados para muchos de los fotógrafos aficionados a la fauna, un paraíso que al igual que gran parte de África, te atrapa y antes de irte ya estas deseando volver.



El parque nacional del Serengueti, con una extensión de unos 14.000 km2 en los que predominan las llanuras y los pastos, aunque también existen zonas boscosas, sabanas y unos cuantos kopjes rocosos (pequeñas colinas semiesféricas en forma de cabeza, de donde procede el nombre) lugares preferidos de descanso de los predadores de la inmensa llanura.

Planificando el viaje

Sin duda, planificar un viaje de estas características requiere de una planificación previa y un apoyo logístico mínimo para poder asegurar el funcionamiento correcto de nuestro equipo fotográfico. Para ello buscamos uno de los operadores alternativos a las grandes agencias turísticas para realizar un safari a nuestra medida, con una importancia vital en la fotografía, donde el tiempo de búsqueda de la fauna y las sesiones con éstas, no alterará la apretada agenda e itinerarios de la gran mayoría de los tour operadores, ya que al formar un grupo específico de fotógrafos todos tendremos las mismas pretensiones y elegiremos fechas idóneas en función de lo que pretendamos fotografiar y en que zona.



8 días en el Serengueti

Desde la zona de conservación, a su entrada por el Ngorogoro, la inmensa llanura nos cautiva con miles y miles de ñus que se pierden hasta el horizonte. Es una de las imágenes que preferimos grabar en nuestra retina, ya que después de seis horas en el coche por tortuosos caminos desde la ciudad de Arusha, y con el coche equipado con víveres y material de acampada de siete personas para 8 días nos limita bastante.
Lo primero al llegar al parque, es bueno interesarse por los horarios de luz y los horarios de visita del parque, ya que, aunque durmamos en el corazón del Serengueti, no está permitido salir de las zonas de acampada en las horas carentes de luz. En esta latitud, el sol sale muy temprano sobre las seis de la mañana y se esconde sobre las seis de la tarde por lo que tenemos unas doce horas de luz por día, aprovechando al máximo las horas crepusculares para fotografiar especies en la sabana y especies descansando a la sombra de algún árbol en las horas centrales de luz.
El estar 8 días en un destino y más de esa extensión, nos obligará a realizar un briefing después de cada día para planificar los objetivos del día siguiente en función de los resultados obtenidos , ésto será clave para coordinar con el guía y el conductor los itinerarios a seguir.


Fotografiando desde el coche
Como no está permitido bajarse de nuestro vehículo en ningún tramo, a excepción de las áreas de picnic y las de acampado, la mayor parte de las fotografías se harán desde el coche. Éstos ya están adaptados para poder asomarnos por el techo abatible por donde sacaremos cuerpo y cámara para fotografiar, pero es conveniente traer o fabricarnos un bean bag (una bolsa de tela con judías o arroz para apoyar nuestra lente minimizando las vibraciones y fotografiar más cómodo).
Los vehículos, como norma general, suelen ser de seis plazas además del conductor y el guía, pero si nuestro viaje es eminentemente fotográfico, cuatro personas en un coche de seis será la mejor opción, así nos evitaremos fotografiar de manera incomoda y molestar a los otros compañeros de expedición.
Es más que recomendable el llevar agua en cantidad para no deshidratarse en nuestra actividad, a la vez de llevar un calzado cómodo, ya que para tomar gran parte de las fotografías, tendremos que pisar descalzos los asientos de los vehículos.


Fotografiando fauna salvaje en el Serengueti
Fotografiar especies de África, a priori puede resultar bastante sencillo, ya que gran parte de las especies están acostumbradas a una gran cantidad de turistas que cada año visitan el parque, pero a excepción de las conocidas cebras, ñus, leones, elefantes y algunas especies emblemáticas más, hay especies que tenerlas a tiro de nuestra lente nos resulta realmente complicado, bien por la espesura del pasto y la escasez de individuos (como el leopardo o el caracal) o bien por la desconfianza frente a los vehículos, como la mayoría de aves de gran porte.

Para ello, es conveniente especificar a nuestro guía y nuestro conductor, que no queremos recorrer grandes extensiones de terreno, como en la gran mayoría de operadores, sino centrarnos en algunos kilómetros cuadrados de una zona en concreto, batirla despacio y siempre atentos a lo que podamos llegar a ver. Una vez localizada la especie, hay que ser paciente y estar el tiempo necesario que los fotógrafos estimemos, sean minutos u horas en pos de alguna pauta de comportamiento que nos haga hacer una fotografía diferente, nuestra foto.

Otra cuestión importante, es la carga de baterías y más si nuestra estancia se realiza en acampada, aprovecharemos los momentos en que el vehículo del safari está en marcha para cargar baterías de la cámara. Estar pendiente de este factor es muy importante, a la vez que llevar baterías de sobra es casi obligatorio.
La tensión de la búsqueda constante y el desgaste de las horas de coche, hará mella en todos los compañeros y los guías, ya que se madruga mucho y no llega la hora de acostarnos preparando el equipo y limpiando el material para la sesión siguiente. Pero la motivación de encontrarse en uno de los lugares más bellos del planeta, es motivación más que de sobra para seguir trabajando duro hasta el final del safari.




Tres días buscando al chui

El leopardo junto a las pequeñas aves de la inmensa llanura, eran unos de los objetivos prioritarios del safari, los paseriformes eran una presa fácil, ya que acudían con asiduidad a las zonas de acampada, pero el chui (leopardo en swahili) por la época del año de mayo y las hierbas altas en gran parte del parque, se antojaba complicado obtener una imagen más allá de la típica encaramado en una acacia.

El lugar escogido para los briefings nocturnos, fue un tramo de unos 20 km. del río Seronera en pleno corazón del parque. Durante dos días completos, recorrimos una y otra vez este entorno, tomando fotos de otras especies, con la impaciente mirada puesta en las acacias para localizarlo. Sin querer hacer las típicas fotografías de esta especie, pero a la vez deseando no verlo en las horas centrales de luz, corría la tarde del tercer día y, como siempre, el guía iba con la primera velocidad del coche, para incluirse en la búsqueda del gran felino. Todos estábamos ya un poco desalentados, volvíamos una vez más a recorrer una pequeña senda con hierba alta en cada uno de sus márgenes, cuando de repente, delante de nosotros, como un fantasma, aparece el bello felino con paso lento y seguro. La luz ya estaba muy baja y el iso 200, una focal de 300 mm. y un diafragma f/2.8, se antojaban en el limite para obtener una fotografía buena. El chui comenzó a marcar el territorio acariciando con la cabeza una vieja acacia. Esa era la “foto” y ese era el momento, que después de tres días de búsqueda, habíamos encontrado. El nerviosismo y la excitación era palpable entre los miembros de la expedición, una perfecta coordinación de todos, apostados en el coche, casi sin respirar y haciendo trabajar a las máquinas a todo gas, mientras el ansiado leopardo seguía marcando. Es una de las mejores vivencias que un fotógrafo de fauna pueda tener en su vida.

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Comentarios

  1. Avatar de antomas
    Doy fe de cuanto aquí dice Antoni Liebana y puedo decir que se queda corto.
    He tenido la suerte de estar con él en el último viaje de febrero y es una auténtica pasada. jamas hubiera imaginado poder tener una pareja de leones a menos de 5m y poder fotografiar a encuadre compreto su impresionante y estremecedora mirada, solo por citar un ejemplo.

    He leido mucho sobre ofertas y viajes a Africa, pero si lo que pretendemos es fotografiar, fotografiar y fotografiar, ha de ser en un viaje de este estilo, bien dirigido como hace Antonio y estando antes del amanecer en plena actividad.

    Antonio, muchas gracias por haber hecho que el viaje haya sido así.
    Un abrazo.
  2. Avatar de antomas
    Doy fe de cuanto aquí dice Antonio Liebana y puedo decir que se queda corto.
    He tenido la suerte de estar con él en el último viaje de febrero y es una auténtica pasada. jamas hubiera imaginado poder tener una pareja de leones a menos de 5m y poder fotografiar a encuadre compreto su impresionante y estremecedora mirada, solo por citar un ejemplo.

    He leido mucho sobre ofertas y viajes a Africa, pero si lo que pretendemos es fotografiar, fotografiar y fotografiar, ha de ser en un viaje de este estilo, bien dirigido como hace Antonio y estando antes del amanecer en plena actividad.

    Antonio, muchas gracias por haber hecho posible que el viaje haya haya salido con tanta calidad.
    Un abrazo.