En fotografía de paisaje, sobre todo, es un filtro milagroso que no debería de faltar. La magia está en que en el agua por ejemplo es capaz de eliminar los brillos sobre la superficie, también los elimina en las plantas, suprimiendo quemaduras. Equilibra las luces y las sombras y satura el azul del cielo. Resta el exceso de luz, en exposiciones intensas y viene muy bien cuando se quiere reducir velocidad, por ejemplo para obtener el aspecto sedoso del agua. Su utilización es inexcusable.
Saludos
"La genialidad es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración."
EOS 5D, 350D, Canon Power Shot G3X, Tamron 17-50, Canon 24-105 f/4 IS
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