Yo pasé, pero por el charco y por la puerta, el % de posibilidades de caerte al saltar, de resbalar en el paso por el que entramos o, de engancharte al pasar por la alambrada, era muuuuy alto. No quería romper el equipo y mucho menos hacer el ridículo.
El calzado que llevaba era impermeable, según la etiqueta las estrené ese día, así que me arriesgué y pasé sin mojarme los pies.