Una opción muy interesante teniendo en cuenta el problemón que hay con la contaminación lumínica. Intentar sacar una foto a la Vía Láctea sin "luces no deseadas" supone pagarse un viaje al Tibet poco menos. O eso o coger unas botas de montaña, el coche, llenar el depósito y meterse tierra adentro explorando por donde las alimañas campan a sus anchas y los vampiros descansan.
La única duda, constructiva, que queda es saber si sólo es un filtro ND o si es un cristal con "algo más". El precio llama mucho la atención.
Hay 3 clases de personas en el mundo: Las que saben contar... y las que no.
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