Me vas a disculpar, compañero Lupus, pero esta es una de esas preguntas que siempre me han hecho gracia. Y no eres el primero, ni serás el último, en preguntarlo. Que conste.
Es como si nos preguntaras cuánto pesa. Hombre, coge tú mismo una báscula y pésalo, ¿no?
Pues si la anterior pregunta resulta tan obvia, no me parece menos la que nos haces. Ojo, dicho de buen rollo, ¿eh?
Una de las primeras cosas que hago cada vez que compro un nuevo objetivo es averiguar su punto dulce por mí mismo, en mi unidad que, por tolerancias de fabricación, no tiene por qué coincidir exactamente con la tuya.
Y para ello planto la cámara en el trípode apuntando hacia una pared plana, perpendicularmente, y bien texturada. Una de ladrillos va de perlas. Luego no tienes más que hacer varias fotos a distintos diafragmas y comparar visionando las capturas al 100% de su tamaño.
Este ejercicio es bueno por dos razones:
1- Por que averiguas el punto dulce real de tu unidad y en tu cámara.
2- Consigues entender mejor que de ningún otro modo, qué diferencia existe entre distintas aperturas, por aquello de priorizar unas sobre otras en función de las necesidades (luz, PdC, obturación, etc.).
En fin, como ejercicio me parece interesante y encima te distraes
Saludos.
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