Una bridge para un aficionado puede ser una cámara perfectamente válida, por más que muchos se empeñen en hacer creer que no hay vida fuera del FF y los objetivos L. Cosa distinta es para un profesional que siempre va a querer lo mejor, pero es que se ganan la vida con ello. Mención aparte son los aficionados con alto poder adquisitivo y que se pueden permitir ciertos lujos.
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