[...]
1.-
Fotografías a la persona en cuestión y te marchas sin decir ni mu. Tendrás la foto y la otra persona no se entera (o sí, depende de lo disimulado que seas.
)
2.-
Fotografías a la persona en cuestión y te acercas a decírselo. Habrás captado el momento, pero ahora ya depende de la otra persona si te deja tenerla, si te pide una copia, si te dice que la borres o si te rompe las costillas.
3.-
Te acercas a pedir permiso a la persona y le haces la foto (obviamente si ha dicho que sí, de lo contrario puede darse lo de las costillas.
). Habrás perdido la espontaneidad pero tendrás la foto.
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