No quiero dejar de lado ni que pase más tiempo sin hablar algo sobre el equipo a acoplar y a estabilizar con el gimbal.
Ya he comentado en algún otro sitio que en principio cuanto más ligero sea el equipo de captura tanto más sencillo y placentero es estabilizarlo. Eso es cierto desde el punto de facilidad de manejo del conjunto. Pero en ello hay un apartado en el que tal circunstancia puede incidir de un modo negativo. Ya hablé de que la componente "inercias" también juega un papel importante, y de que esa misma inercia compensada por el propio gimbal, es capaz de convertir movimientos bruscos en movimientos progresivos y fluidos.
Por desgracia en equipos de captura muy ligeritos, como por ejemplo móviles muy pequeños o ligeras camaritas de acción, esas inercias no se dan y apenas actúan, y esa progresiva estabilización sin apenas brusquedades se complica, casi siempre suele aparecer (no se aprecia en vivo pero sí cuando se edita) como una ligera trepidación que el pequeño gimbal no compensa. En esos casos suele ayudar un poco que a la vez se active en el móvil o en la actioncam su propia estabilización electrónica. Es verdad que se puede leer que se desaconseja activar esa estabilización electrónica, pero no suele ser tanto porque la estabilización global no sea más efectiva, sino más bien porque esa estabilización consume directamente recursos electrónicos internos, y puede afectar a otro tipo de necesidad de procesamiento de captura en vivo. Depende más bien de la capacidad electrónica de potencia de la propia cámara.
En los móviles ya grandotes y con apreciable peso cercano a los 200gr eso ya apenas pasa, con ellos ya el tema inercias sí que actúa y ayuda, pero si es de esos ligeritos de ciento y poco gramos, o más aún en cámaras de acción que apenas pasan de 100 gramos, se hace conveniente lastrarlos para que se acerquen o incluso pasen un poco de los 200 gramos.
Seguiremos... Saludos.
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