Tal como apunto en el título del hilo, me pidieron hace poco y de forma particular consejo sobre qué equipo adquirir.
No fue una petición escrita con ya muchos de los condicionantes o pre requisitos expuestos, sino que todo se desarrilló fruto de una continuada y mutua amigable conversación.
Mi primera y rápida respuesta, porque lo que en estos casos sí que tengo muy claro que debe ser lo primero a investigar, fue dirigida a acotar un poco el terreno o "fango" en que no hay más remedio que moverse, y le pregunté sobre dos factores muy importantes:
el primero fue que me acotara un rango o margen de presupuesto en que quería o podía moverse, y el segundo que me determinara para que tipo de uso quería o necesitaba el equipo.
Otro punto que suele ser bastante interesante es el de conocer un poco el nivel fotográfico que la persona ya tiene, pero en este caso sobre eso no le pregunté nada, más que nada porque ya nos conocemos e intuyo con sobrado fundamento el grado o nivel que ya alcanza.
A la primera interrogante, la del presupuesto, en su contestación me dejó claro sin llegar a darme cifras del todo concretas, que iba en serio pero sin poder llegar a números finales de cinco cifras, y dentro de eso y como es lógico y casi siempre pasa, cuanto menos mejor.
A la segunda interrogante, la del "para qué", tema muy importante y casi siempre decisivo, sobre todo cuando se quiere ajustar al máximo el posible gasto, tuve suerte porque él lo tenía meridianamente claro: Fotografía deportiva de "amplio espectro", sin del todo delimitar usos deportivos concretos.
A partir de ahí suele ser interesante indagar y comprobar la existencia o no, a modo de "imponderables", de ciertos posibles requisitos o "manías" que la persona pueda tener de antemano.
Por ejemplo y a grosso modo se me ocurre: "marquitis", reflex o sin espejo, volumen y/o peso. Por suerte y respecto a esto en este caso no hubo ninguna pre indicación que a priori pudiera resultar coercitiva.
No obstante y aunque como tal no se exponga ni argumente, el conocimiento de saber que al menos hasta el momento la persona era usuario DSLR, es algo que sí que conviene tenerlo en cuenta.
De todas formas, en ese sentido, sabiendo para que quería el equipo, y aunque le expliqué que los tiempos van cambiando, y el futuro va clara e inexorablente hacia el "sin espejo", mi veredicto a ese respecto y a día de hoy fue el de que aunque ya se puede con "sin espejo", tienes todavía que embarcarte en equipamientos muy serios y muy cercanos a los de cinco cifras.
Vamos, que más claramente le dije que o se subía al "carro" de las Sony A9 con ópticas largas "pata negra" de esa misma marca, o poco iba a poder rascar en esa disciplina fotográfica. Sinceramente así lo pienso.
Éso, algo más argumentado y de total mutuo acuerdo, descartó de forma radical el "sin espejo", cosa que por mucho que ciertamente se vea como opción de futuro, constutuyó un importante avance de cara a considerar mi posible y actual consejo.
Con eso anterior ya bastante claro, y sabiendo el destino fotográfico buscado, en este caso concreto fotografía deportiva, le quise dejar claro que en este ámbito y de forma genérica el asunto PRESTACIONES, más todavía que el de CALIDAD de imagen, es un concepto de vital importancia.
Prestaciones generales tanto a nivel de equipo como particulares a nivel de sus diferentes componentes, principalmente respecto a cámara pero también de equipamiento óptico. Equipo accesorio de momento y por no liar más la cosa, mejor no quise de momento contemplarlo.
En fotografía deportiva, sobre todo si ya se le va a querer dar un uso un poco más serio que el de simple y ocasional aficionado, el tema resistencia y ergonomía conviene no dejarlo de lado. Buena resistencia de materiales por dureza innata, y no complicado pero rápido y hasta cierto punto cómodo desempeño con teleobjetivo, es algo que es poco menos que de obligado cumplimiento.
No suele ser una disciplina en que puedas estar con demasiado miramiento por si tu cámara aguanta o no la tralla e intensidad del momento, ha de aguantar lo que le eches, llueva o diluvie.
Prestaciones lleva implícito rapidez y capacidad de reacción inmediata, perder medio segundo implica la posibilidad de perder el momento, y mejor contar con la posibilidad de tener 10 fotos por segundo, aunque no se usen siempre, que no 5 o 6 como mucho.
Prestaciones también supone contar con una capacidad de autofoco rápido y confiable en multitud de circunstancias. Es cierto que en ello y aunque importante, la cámara es solamente una parte, la óptica finalmente también cuenta, y no poco.
La óptica, por definición, al menos la de uso principal, tiene que contar con una focal larga, el que sea larga o muy larga puede depender de la especialidad deportiva concreta, en la práctica es raro que sobren milímetros. Lo que sí, independientemente de la focal, es la conveniencia de que sea una óptica luminosa, cosa que por definición se asocia con el calificativo de rápida.
Ello entre otras cosas provoca normalmente mejor gestión y efectividad de sensibilidad en puntos AF, mayor velocidad de obturación sin tanta necesidad de subir ISO, cosa que a la postre incide también en una mayor posibilidad de mejor calidad de imagen, y de proporción de obtención de mejores resultados.
Aun así y en la práctica, incluso contando con una óptica luminosa, por circunstancias de luz y velocidad de obturación rápida necesaria, el cómo sea capaz el cuerpo de cámara de gestionar valores ISO altos, suele ser un parámetro respecto a prestaciones de cámara bastante trascendente.
Es verdad que ópticas tele largas y luminosas es sinónimo de mucha pasta, y suele ser un aspecto bastante peliagudo cuando en esta disciplina se tiene que aconsejar sobre ello y qué respectivo desembolso requiere.
Así pues y aunque a día de hoy no sea ni lo mejor ni de lo más moderno, la elección, más que nada por descarte, acabó quedando bastante clara, al menos y sobre todo en cuanto a cuerpo de cámara. Ahora mismo os lo desvelo.
Ya tiene años pero sigue siendo buena cámara, especialmente para disciplinas deportivas. No es la mejor en cuanto a calidad de imagen pero sí suficientemente solvente si la calidad óptica del objetivo acompaña.
Cuenta con resolución quizá hoy en día un poco justita, aunque para mi criterio suficiente, pero eso hace que electrónicamente se comporte con mucha soltura, cosa importante en esta disciplina. Debido también en parte a eso, su comportamiento respecto a ISO, sin ser espectacular sí que es bueno. Poder llegar en solución real de compromiso a utilización de ISO 10.000 es un valor bastante bueno.
Pero vale de tanta incógnita, y a todo esto ¿a qué cámara me refiero? No podía ser otra, mi consejo claramente se decantó hacia la no moderna pero todavía inigualable respecto a uso Canon EOS 1D Mk IV. Su consistencia, durabilidad y relativo bajo precio, ya bastante menos de 1.000 euros con mucha vida todavía por delante, la hacen candidata indiscutible.
Entiendo que la lectura de tanto texto seguido os pueda llegar a resultar bastante cansino, es normal y hasta a mí mismo me pasaría. Por ello voy a dejar la parte óptica, y otras divagaciones y pesquisas, no menos importantes que lo que es lo anterior hasta aquí contado sobre el cuerpo de cámara, para una próxima y pronta intervención dentro de este mismo hilo.
Saludos.
Marcadores