Actualmente ya se están sustituyendo hasta los obsoletos espejos retrovisores de los coches que todavía se siguen utilizando en los modelos menos actuales, por unas minicámaras que le aportan al conductor mucho mejores condiciones aerodinámicas, de información, de seguridad y de uso, y una mejor y más perfecta visión, de todo lo que está sucediendo alrededor y detrás del conductor.
Se trata del evidente progreso tecnológico, que ya comenzó desde los tiempos en que el sr. Henry Ford empezó a implantar una Cadena de Montaje para fabricar sus coches, hasta la pila de combustible, el hidrógeno, o la batería de estado sólido, por el momento.
El progreso no se ha detenido nunca.
Pero sentir cierta añoranza por lo viejo y por lo obsoleto, también es muy humano y se entiende en personas muy mayores. Les recuerda su juventud perdida.
No se logra la perfección cuando ya no hay nada más que añadir. Se logra cuando ya no hay nada más que quitar. Antoine de Saint-Exupéri
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