KiAle

Hace solo unos días que llegué a este pequeño pueblo al sur del Líbano, en la costa, a escasos kilómetros de la frontera con Israel. Desde donde estoy, puedo ver esa frontera, y no hace falta saber mucho para darse cuenta que lo que se ve es el producto de muchos años de enfrentamiento. No parece una frontera, parece una fortaleza. Torres de vigilancia en los dos lados, alambre de espino, armas, soldados, vehículos. En contraste con todo eso, una muestra más que la Naturaleza se empeña obstinadamente en contrarrestar todos los males que el ser humano provoca. Si miras al sur, ves esa frontera, y el alma se encoge. Si te giras un poco a la derecha, y miras al Este, ves el mediterraneo, pero claro, aquí en Oriente Próximo, el Mediterraneo no es como el que tenemos allí, aquí es .... diferente, no puedo describirlo, hay que verlo. El Mar tiene otros colores, otros matices. Pero lo que realmente te deja sin aliento y vuelve a expandirte el alma es la puesta de sol. No voy a intentar describir las puestas de sol, pq la fastidiaría, lo que haré será colgar una foto en breve. Pero aun así estoy seguro que no estará a la altura de lo que realmente es.
Solo espero que la obstinación de la Naturaleza por mostrarnos la belleza que nos brinda, prevalezca sobre la soberana estupidez del ser humano, empeñado en destruir esa belleza.
Hasta otro día, en el que seguiré contando cosillas desde este rincón del Mundo.