Principiando

Los desconocidos son amigos a los que nunca nos han presentado.
Walt Whitman

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Foto de grupo

A mí la gente no me gusta. Así, en general. En grupo pueden producirme auténtico pánico. Pero no se me nota, nunca se me nota, porque hablo mucho para no decir nada y porque, cuando estoy aturullada intentando cuadrar mi idea con la realidad que tengo enfrente, me largo a un bar, me tomo un ron, me tomo otro y se me olvida el miedo. O no. Pero lo parece.

Pulpo

Ha habido ochenta. Ochenta, ochenta y algo. A la inmensa mayoría ni les había leído. A otros sí y nunca tuve de ellos la imagen que otros mantienen. Llegó mi capitán, con esas manos que hablan, porque este hombre habla con las manos, las que escogería una escultura para ser tallada por ellas o un caballo para ser embridado por ellas, y que no he podido retratar.

Hamilin, Josep y Magda

Y llegó Carlos, por supuesto, Gayolopez. Y nos reconocimos. Al final siempre reconoces a la gente. A los que te gustan. No es la primera vez que me ocurre. La sensación de saber quién es la otra persona, porque solo hace falta ponerle cara y abrazarle.

Gayolopez

Jamás hubiera podido encontrarlos de otra manera. De pronto te encuentras tomando un café con alguien que te desbroza y te recuerda que si les das importancia a algunos, lo que estás haciendo sin pretenderlo es otorgarles poder. O caminas hacia el hotel, los pies doloridos, contando cómo funciona el mundo en el que estás. O asistes a una explicación sobre tarjetas de color y cartas grises, con esa manera que tiene Neus de contarlo todo tan claramente. Y la observas mientras juega con una cámara compacta que no funciona bien en las tomas verticales si usas cristales polarizados. Te despiertas porque Jocana te despierta ("los de Badajoz también duermen"), abrazas dos veces a Amparito en la despedida, intentas aprender un poco de valenciano con Magda mientras te ríes, compartes muchos ratos con Vigape para descubrir que su frialdad es timidez y ternura y escuchas a Joan Carles tocar el clarinete.

Joan Carles

Y hasta fichas a Mikado. Para no se sabe qué.

Mikado

Nos vemos en el foro, dicen. Y es cierto.

Elei

Me faltan fotos. Tendría que haber bailado un pasodoble con Pacosoriano (aka Pacocoñocallate) y haberme despedido de Pilar. Me quedo con las ganas de que me cuenten ciertas historias, aunque me haya venido con la del quarterback y la rubia, y lo demás.

Antonio296

Un hijo escritor, una relación de 42 años (Antonio296, que comenzó a seguir órdenes con una compacta), algunos gaperos reunidos -nos acordamos de ti, Quixote, mucho-, las murcianitas perdiéndose en Castelar, Gomendio acogiendo a todo el mundo, Begoña abrazándome antes de estallar, Javiermol (aka Mol) dándome mistela y enseñándome que, si la humedad se condensa en tu cámara, lo mejor es usar alcohol y prenderle fuego.

Vigape

Y más: descifrar qué quiere decir la firma de Megacampiona. Y la comida con Ramón y Cani, Carmen nombrándome mascotas; las gotas de la lluvia, el agua cayendo, el Vostell con mi cámara muerta, Vigape y yo escapándonos al lavadero de lana, descubrir que Nachodila es de lo más dulce (y guapo) y que la cara de Marimarian es, posiblemente, la más serena que hayas visto jamás, Jocana intentando apresar el conceto que llevó a Vostell a hacer todo eso y los chistes del último día (Elei levantado para contar el más bestia de todos).

Nucleosíntesis

Venexia

O Venexia fumando sin parar (organizar la próxima quedada es un palo que solo se calma con tabaco), las parejas que han creado el foro y las quedadas, lo interesante que es José Luis con sus catorce años y las ganas que tengo de volver a retratar a Nekane y la investidura de Urko como Pecanor. Mucha gente, muchas anécdotas, pinceladas que se volverán a repetir, o no, en próximos encuentros. Sin saber qué saldrá de todo esto, después del cansancio y de las fotografías.

Tiffany

Porque lo otro, el resto de las impresiones, se quedan para ti. Y han sido muchas, que estoy intentando reencuadrar. La influencia, ya lo sé, se verá más tarde: como las fotos, cuando reposen.

Nachodila

Me guardo miradas y viajes en autobús y el recuerdo de una ronquera que ya se ha ido, los ojos grandes de Josep, la voz de Mendi y el acento de Manoli y de Jamm, que me llevaban a Andalucía, o el abrazo de Mertxe, la efusiva Mertxe; que Jon me cogiera la mano después de haber estado llorando tres días si me acercaba o la forma en que Frutosyo campeó una migraña horrible.

Buby

Y más cosas, que no contaré nunca porque a mí contar ciertas cosas me da mucha vergüenza.

Ha estado muy bien. Y ha parecido tan corto...

El hilo de resultados, aquí.

Gracias