En principio son camaritas algo más pequeñas y que a priori no están pensadas para trabajar con un pesado y voluminoso 300mm f/2.8. En este caso y esta ocasión de foto deportiva, con el 70-200 f/2.8 se manejaba bastante bien, el peso total resultaba bastante equilibrado y suficiente cómodo para aguantar disparando a pulso durante todo el partido, pero ya con el 300mm f/2.8 resultaba algo más cansino y molesto, y de vez en cuando apetecía descansar algo. Con el peso y la tensión en los dedos al tenerlos tan juntos y apretados, la mano en general sufre.
Respecto a lo de los matices, y no solamente pasa con Nikon, y aunque es verdad que algo se puede configurar, en ajustes por defecto los rojos tienden a salir más bien como anaranjados.
PD... Con la otra APS-C que de similar forma también quería "probar", con una Sony a6700, la cosa va a tener que esperar un poco más, ya que me cuentan que en poco tiempo Sony va a sacar la A6900, ya una APS-C en esa misma línea pero bastante más capaz y potente.
Y bueno, el "pepino" que para sistema Sony E Sigma acaba de sacar, también sería digno de prueba y del todo recomendable para foto deportiva. Me refiero al Sigma 300-600mm f/4 Sport, ya blanquito y muy luminoso para contar con focal 600mm real. Una verdadera tentación para mi reciente Sony A9II, aunque lógicamente no es barato de precio. Comparativamente frente a objetivos Canon, Nikon o Sony de parecido calibre sí que es "barato", pero aun así se necesita de una economía potente, o al menos de una capacidad de inversión/productividad bastante solvente.
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