Ah, no, ni hablar. Yo no propongo nada; para propuestas ya están ahí a disposición del personal las de los códigos normativos creados o los que están por crear, así como su correspondiente legión de normadores. Mi tarea es mucho más humilde (y menos agradecida; de hecho suele granjearme no poca animadversión), en realidad mi limito a poner en evidencia las contradicciones de los argumentos (en forma de falacias, sofismas y mitologemas varios). Para obtener respuestas positivas habrá de acudirse a la web del Ministerio de Medio Ambiente, a Green Peace, a Fotonatura.org, o en defecto de estos por caída de la Red, al Catecismo del Padre Astete.
Mi “propuesta”, mi método es mucho más sencillo que todo eso: el Socrático (no por viejo deja de ser menos efectivo); ése que se limita a preguntar para poner en evidencia la sabiduría (o la contrariadel litigante). Cuál sea la relación entre esas contradicciones y el tema del que hablamos lo dejo a la competencia de tu raciocinio, al que seguro que no se le escapa que la validez de todo código se basa en la coherencia de sus postulados; si alguno de ellos se viene abajo por contradictorio colapsa el “código” entero. Así que, ya que pareces inteligente y espabiladote, seguro que encuentras esa relación sin problemas.
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