Decadencia fotogénica
by , 12/02/10 at 03:17:34 (3834 Visitas)
“Si las paredes hablasen”….esa frase que suele decirse en determinadas ocasiones es plenamente aplicable cuando nos encontramos en lugares abandonados. Lugares llenos de historia, y sobre todo plagados de historias.
Luz, texturas, tono, encuadre, etc, contribuyen a acentuar la decadencia de algunas escenas
Foto:Wamba
Esas paredes han sido testigos mudos de vidas ya pasadas, de una época de esplendor. En cambio ahora no son mas que el vestigio de tiempos pasados, en ocasiones convertidos en lugares mágicos, malditos, llenos fantasmas, de leyendas. Lugares que parecen estar al margen de la realidad, que con su vetusto y decadente aspecto nos transportan a un pasado lleno de misterio y de incógnitas.
A todos nos llama la atención entrar en esa casa que lleva años deshabitada, esa nave industrial en la que ya hace tiempo no se produce, en esa antigua clínica que antaño albergó tantas esperanzas, sufrimiento, alivio, alegrías y penas. Y como no puede ser de otra manera, una vez dentro a uno le desborda la imaginación y hay que hacer fotos….hay que plasmar de alguna manera todo aquel inacabable elenco de sensaciones.
Eso sí, hay que dejar claros varios puntos. No es lo mismo un lugar abandonado exterior que interior. Es decir, el hecho de estar entre cuatro paredes genera mucho más misterio, mucha más imaginación. La luz es también distinta, da mucho más juego, acaba siendo uno de los puntos importantes en la foto, incluso en determinados casos, la luz emerge como principal protagonista, creando esos claroscuros, esos matices, esas texturas que nos muestran imágenes decrépitas de lo que un día tuvo vida.
Otro punto a tener en cuenta es el de la seguridad. Hay que ser cauto en no estar infringiendo la ley al entrar en este tipo de lugares. Y otro aspecto importante es ir siempre acompañado; nunca sabemos lo que podemos encontrarnos allí, ya sean terceras personas, o zonas poco seguras en las que no es difícil sufrir algún percance, por lo que mejor acompañado que sólo.
Y si en anteriores entradas de blog pudiera parecer que “renegaba” de alguna manera de la técnica, en éste caso dominarla nos va a ser muy útil, dado que las fotos en interior conllevan una dificultad añadida a las de exterior: la ausencia de luz, o las grandes diferencias de luz en determinadas ocasiones son un reto a resolver a la hora de fotografiar.
Por tanto en estos casos es muy importante dominar nuestra cámara, saber cuando abrir el diafragma para permitir el mayor paso de luz, y por tanto ganar velocidad de disparo, a costa de una menor profundidad de campo (que en ocasiones nos puede dar resultados brillantes).
O dominar el uso del flash.
Saber como rebotarlo contra techo o paredes para conseguir una iluminación mas uniforme y menos dura. Y claro, si se dispone de un equipo de Strobist, se pueden conseguir muy buenos resultados también.
Y quizás la mejor manera de controlar la luz es usando un trípode (el cual podemos combinar también con el uso de flash). Con él podemos olvidar las limitaciones que tenemos disparando a pulso. Usando ISO100 (lo cual nos dará la máxima calidad de imagen), podemos jugar con la abertura de diafragma y de la velocidad sin temer por imágenes fuera de foco, trepidadas o movidas, y conseguir la luz que deseamos en cada toma. Por supuesto el uso de trípode nos permitirá también el poder hacer varias tomas de la misma foto para luego combinarlas mediante la técnica del HDR. Es recomendable con el trípode también el uso de un disparador remoto.
De cualquier manera, como solemos decir, la técnica se aprende. Y una vez se sabe toca aplicarla. Es ahí dónde radica la verdadera dificultad para sacar el máximo partido a esos entornos. Cuidar bien los encuadres, la exposición, la abertura de diafragma, el tratamiento del color, etc, pueden ser los factores que diferencien una foto mala de una buena.
Finalmente, el procesado en éste tipo de fotos puede llegar un aspecto fundamental ya que tenemos la opción de dramatizar mas las fotos, de darles más o menos saturación, de jugar con los niveles, con las luces, las sombras, viñetear, etc. Un buen tratamiento de la foto puede llevar a resultados sobresalientes, y dar imágenes que consigan transmitir la sensación que tuvo el autor en el momento del disparo.
Puede parecer complicado encontrar lugares de estas características, pero no es así. Buscando por la red no cuesta mucho encontrar páginas que hablan del tema, y en dónde podemos encontrar incluso listados de lugares a visitar.












