.... Continua el capitulo I
Laboratorio digital
-------------------------
Una de las tareas más gratificantes del quehacer de un fotógrafo digital es la que se conoce con el término de “retoque fotográfico”. Y esto es así porque el retoque fotográfico nos concede una segunda oportunidad de corregir errores y de mejorar y personalizar las fotografías ya realizadas. Sería imperdonable, por tanto, que no comentásemos, aunque sólo sea fugazmente, las más interesantes operaciones de retoque que podrá aplicar a sus fotografías con la ayuda de Photoshop y de su ordenador.
Pero antes de abordar ese interesante tema, comenzaremos diciendo que la primera e inexcusable operación a efectuar con las fotografías, es la de descargar la tarjeta de memoria y guardar las imágenes en un lugar seguro, en el que no exista riesgo alguno de que se extravíen o sean modificadas accidentalmente.
Hay que considerar al archivo original que da soporte a cada fotografía, como el equivalente del prehistórico negativo de la era analógica, aunque sin olvidar que puede ser modificable y esta peculiaridad exige una nota de atención a la hora de manipularlo con Photoshop.
Los archivos digitales procedentes de las tarjetas de memoria suelen estar en formato JPEG o RAW. El formato JPEG, proporciona menor calidad (y eso es malo), requiere menos cantidad de memoria de almacenamiento (y eso es bueno) y permite la modificación de la imagen original (y eso es malo) mientras que el formato RAW ofrece la máxima calidad posible (y eso es bueno), ocupa más memoria de almacenamiento (y eso es malo) y no es modificable (y eso es bueno), por lo que si trabajamos con archivos RAW no debe preocuparnos la posibilidad de modificarlos accidentalmente.
En cualquier caso, recomendamos guardar los archivos originales JPEG o RAW en un lugar seguro y hacer una copia de trabajo para editarlos en Photoshop sin riesgo a perder o modificar los originales.
Si no tiene claro el procedimiento que ha de seguir para gestionar sus fotografías con seguridad y eficacia, le invitamos a consultar el apéndice “Gestión de los archivos de imagen”.
Añadiremos, por último, que para facilitar el aprendizaje de las técnicas de retoque fotográfico, incluiremos al final de cada capítulo una descripción de las herramientas y procedimientos de retoque fotográfico que complementen y potencien los conceptos fotográficos desarrollados en la primera parte.
Este libro no es un curso de Photoshop, sino de fotografía digital y, por lo tanto, no podemos profundizar, tanto como nos gustaría, en el manejo de Photoshop. No obstante le invitamos a que explore e investigue por su cuenta, a partir de lo que vaya aprendiendo, sirviéndose para ello de la ayuda del programa, de la amplia documentación y variedad de foros sobre fotografía que existen en Internet y de la experiencia de colegas y amigos que compartan su afición. Le anticipamos que el tiempo que invierta en el aprendizaje del retoque fotográfico le proporcionará muchas satisfacciones.
Y ahora, ha llegado el momento de comenzar a trabajar.
Abrir y girar la imagen
Una vez que hemos almacenado los archivos de imágenes en el disco duro o en cualquier otro medio seguro, podemos editar una copia de la imagen en Photoshop. Para ello, ejecutamos Photoshop y desde él abrimos el archivo, tras lo cual, la imagen aparecerá en la pantalla lista para trabajar con ella.
(¡) Si la imagen tuviese formato RAW se desplegará el plug-in de procesamiento RAW que le permitirá realizar algunos ajustes generales. Cuando haya terminado, pulse el botón ABRIR y la imagen se abrirá en Photoshop dispuesta para una sesión de edición estándar.
Si necesita ayuda para manejar el plugin de ajuste RAW consulte el apéndice “Manejo del plugin RAW de Photoshop”.
A veces puede encontrarse con la sorpresa de que la imagen aparece tumbada por haber colocado la cámara en formato vertical al tomar la fotografía. Para colocarla en la dirección correcta pulse Imagen>Rotar lienzo y elija la opción adecuada. Observe que también puede invertirla lateralmente o darle un giro de 180º si lo considera conveniente.
Encuadrar y reencuadrar
Ya hemos hablado de cómo debe encuadrar y de la trascendencia de este, en apariencia sencillo, acto supremo de creación artística.
Pero existe una segunda oportunidad de “reencuadrar” la imagen durante el proceso de retoque fotográfico con Photoshop. El reencuadre en Photoshop, obviamente, queda limitado a recortar el encuadre original, con la ventaja adicional de hacerlo en cualquier formato que usted desee. Pero esta aparente libertad tiene sus limitaciones, como enseguida veremos con un ejemplo práctico.
Supongamos que ha tomado una fotografía con una cámara de 10 Megapíxeles, y que después de imprimirla en un formato 13x18 cm, la coloca en un artístico marco de madera. Ahora la observa con detenimiento a una distancia de 30 cm y comprueba satisfecho que posee un extraordinario detalle y que no aparece ni un ápice de borrosidad ni granulación en ella. Hasta aquí, todo bien.
Pero, entonces le surge una duda. Al observar la fotografía con mayor detenimiento, llega a la conclusión de que hay un elemento en su interior, en el que no había reparado antes, que podría ser un excelente motivo, siempre y cuando se le aplique un nuevo reencuadre y se elimine buena parte del relleno que lo rodea y en el que las palomas podrían posarse en grandes bandadas.
Sin pensárselo dos veces, abre Photoshop, reencuadra la imagen cuidadosamente y recorta.
Hasta aquí todo parece ir bien.
Ahora vuelve a imprimir a 13x18 cm la imagen resultante y la coloca en otro marco de madera junto a la anterior. Pero, al compararlas, se da cuenta de que algo extraño e incomprensible ha ocurrido. El fino detalle que muestra la primera imagen ha quedado turbio en la segunda. También es posible que, según la técnica que utilizara en el recorte, la imagen, en lugar de turbia, aparezca formada por cuadraditos (“pixelada” es el término técnico) como si de un mosaico se tratara.
Ahora usted está esperando que nosotros le expliquemos lo que ha ocurrido y también que a renglón seguido le digamos cómo evitarlo. Vamos a tratar de explicárselo, pero le anticipamos que no vamos a poder decirle como arreglarlo, sencillamente porque no tiene arreglo. Usted ha violado, sin saberlo, una ley de la Naturaleza y eso no puede hacerse sin pagar un precio por ello. En este caso el precio es la borrosidad o la píxelación.
Veamos esa explicación que le prometimos: Las imágenes digitales (todas las que haga su cámara digital) están formadas por cuadraditos llamados “píxeles”.
El hecho de que usted no viera los píxeles en la primera imagen se debía a que tenían un tamaño tan pequeño que su ojo no podía distinguirlos. Sin embargo, al recortar un área pequeña y ampliarla al mismo tamaño al que imprimió la imagen completa, los píxeles crecieron de tamaño, junto con el resto de detalles de la imagen, hasta hacerse visibles a corta distancia.
-Si, pero, ¿y la borrosidad?
Esa es más difícil de explicar pero lo intentaremos. En el momento de recortar, usted puede pedirle a Photoshop (ya veremos cómo), que se invente píxeles para rellenar el nuevo espacio generado por la ampliación, en lugar de hacer crecer el tamaño de los píxeles con el consiguiente riesgo de pixelación. Pero los píxeles inventados presentan el problema de que producen la sensación de borrosidad.
Así que cuando hacemos crecer una imagen demasiado, aparece pixelación o borrosidad, en base a la elección que hagamos en el momento crucial de recortarla.
-Pero, ¿no se puede evitar que aparezca pixelación o borrosidad?
La respuesta es un rotundo no y por eso las cámaras de muchos megapixeles valen más que las de pocos y, a pesar de eso, intentamos comprar, siempre que podemos, las de muchos megapixeles. Y la explicación es que creemos, y con toda razón, que así tendremos mayor margen de maniobra para evitar la pixelación o la borrosidad cuando hagamos reencuadres drásticos como los que se comenta en este ejemplo.
Observe que si se aleja unos pasos de una imagen turbia o pixelada, llegará el momento en que dejará de ver los píxeles o la borrosidad. Lo que nos indica que ambos fenómenos sólo existen en la medida en que el observador se acerca lo suficiente a la imagen. Un póster de gran tamaño puede tener cierto grado de borrosidad o pixelación sin constituir un problema serio porque los posters están previstos para ser observados a más de un metro y, tal vez a esa distancia no se aprecie la borrosidad o la pixelación.
En términos absolutos se dice que una imagen esta pixelada o presenta borrosidad cuando a la mínima distancia a la que un ojo humano puede enfocar una imagen (en torno a los 30 cm), es detectable alguna de estas dos características (pixelación o borrosidad), aunque como ya se ha dicho, en imágenes de gran tamaño esto no es necesariamente un problema.
Lo conclusión que hay que sacar de este experimento es que si se reencuadra una imagen existe riesgo de píxelación o de borrosidad. El grado de pixelación (el tamaño de los píxeles) o de borrosidad será tanto mayor cuanto mayor sea la diferencia que exista entre el tamaño de la imagen completa y la recortada siempre que se representan a mayor tamaño del recomendable.
Antes de entrar en la técnica de reencuadre con Photoshop, queremos prevenirle sobre una tentación que le asaltará tan pronto asimile lo que acabamos de contarle.
El hecho de que se pueda reencuadrar en Photoshop una imagen, nos invita a emplear encuadres generosos pensando que después, frente al ordenador, tendremos tiempo de hacer un reencuadre minucioso y optimizado.
Y no es mala idea esta, siempre que no se abuse de ella. Si nos vemos obligados a reencuadrar una región demasiado pequeña, nos quedaremos sin detalle (aparecerá pixelación o borrosidad) y lo que hubiera sido una gran fotografía se quedará en una gran oportunidad perdida.
Nuestra recomendación es que deje un razonable margen de seguridad sólo cuando no tenga claro el encuadre en el momento de apretar el disparador.
-¿Y cuanto es un razonable margen de seguridad?
Cuanto menos, mejor, aunque será su experiencia y las circunstancias que concurran en cada caso las que le dictarán el valor óptimo que conjugue calidad y seguridad.
No obstante, queremos prevenirle aquí contra la tentación, propia de algunos fotógrafos que acaban de descubrir el reencuadre digital, de “tirar al bulto” pensando en reencuadrar posteriormente en Photoshop.
Estamos seguros de que haciéndolo así, acabará descubriendo un magnifico reencuadre en Photoshop pero también es probable que cuando lo haga no consiga el suficiente detalle para obtener una buena imagen sin pixelación ni borrosidad. Como recomendación para dominar esta peligrosa tentación, olvide (o al menos trate de olvidar) en el momento de disparar la cámara, que existe una segunda oportunidad de reencuadre en Photoshop.
Como resumen clarificador de todo lo dicho, añadiremos algunas recomendaciones prácticas:
-Cuando vaya a tomar fotografías de escenas estáticas, como paisajes y bodegones, tómese el tiempo necesario para decidir el encuadre definitivo, dejando poco margen de seguridad.
-En el caso de fotografías en las que existan elementos que se mueven incontroladamente, como un combate territorial entre dos tigres de bengala o unos adolescentes disputando un partido de fútbol, aumente el margen de seguridad, reencuadrando con holgura suficiente para que no le sorprenda un movimiento inesperado que deje fuera del encuadre algún elemento importante.
-Siempre que sea posible y no tenga claro el encuadre definitivo, tome varias fotografías de la escena eligiendo diferentes motivos, acercándose o retirándose y aplicando distintos niveles de Zoom para asegurarse de que ha captado todos los posibles encuadres interesantes. Nunca recurra al cómodo pero desastroso procedimiento de “tirar al bulto” una sola fotografía y dejar el encuadre definitivo para una sesión en Photoshop. En su lugar, haga bien su trabajo de fotógrafo responsable, identificando y capturando con su cámara todos los posibles motivos y encuadres interesantes de acuerdo con las tres normas de la sabiduría fotográfica, porque sólo así conseguirá buenas imágenes con el detalle suficiente para que no presenten pixelación ni borrosidad.
-Cuando se encuentre ante una buena escena, no escatime fotografías. Nunca se arrepentirá de haber hecho demasiadas, pero casi siempre de no haber hecho las suficientes.
Manejando las tijeras de Photoshop
Una vez que tenemos las ideas claras, sobre lo que es el encuadre y el reencuadre y su mutua relación, pasemos al manejo propiamente dicho de la herramienta Recortar de Photoshop que nos permite reencuadrar.
Para reencuadrar con Photoshop siga estos pasos:
1 Abra la imagen (página ¿??).
2 Seleccione la herramienta Recortar () (3,1), pulse el botón izquierdo, arrastre sobre la imagen y suelte el botón cuando haya trazado el cuadro.
Puede mover el cuadro punteado pulsando en el interior y arrastrando con el botón pulsado. También puede redimensionarlo arrastrando las esquinas.
3 Cuando esté satisfecho con el nuevo reencuadre, confirme el recorte pulsando INTRO y la imagen quedará recortada.
4 Continué con el proceso de retoque y cuando quede satisfecho, guárdela ( página ¿??) con un nombre diferente para evitar que se machaque el original si no fuese ese su deseo.
Manejo avanzado de la herramienta Recortar
La herramienta Recortar es, posiblemente, la más importante de Photoshop aunque su aparente simplicidad de manejo puede engañarnos.
Veamos algunas de las opciones más interesantes.
Control de opacidad
Ajustando el control OPACIDAD de la barra de opciones (la casilla ESCUDO debe estar activa) podrá variar la oscuridad de la región que se va a descartar. Tenga en cuenta que esta barra de control sólo aparece después de haber trazado el marco.
Recomendamos ajustar la opacidad al 100% para ver la imagen tal como quedará definitivamente, antes de proceder al recorte. Tenga en cuenta que si la región que se va a descartar queda visible, aunque sea atenuadamente, seguirá influyendo sobre nuestro criterio a la hora de decidir la frontera del recorte. Por eso es preferible, en el momento decisivo, tener a la vista únicamente la región que sobrevivirá al recorte, aunque en una primera etapa de tanteo pueda resultar útil una opacidad del 50% para visualizar todo el material del que se dispone en la imagen.
Enderezar imágenes inclinadas
Si una imagen aparece ligeramente inclinada, gire el marco de recorte arrastrando el puntero por fuera de las esquinas (el puntero tomará la forma de una doble flecha doblada) hasta que los bordes punteados queden paralelos con las líneas horizontales/verticales de la imagen. Al confirmar el recorte, el área recortada se enderezará automáticamente.
Obtener formatos predeterminados
Si necesita obtener un recorte de proporciones predeterminadas, escriba las medidas en los cuadros ANCHURA y ALTURA. Al hacerlo así, el marco de recorte mantendrá por sí mismo esas proporciones y usted sólo tendrá que concentrarse en obtener el mejor encuadre posible para ese formato.
Esta técnica de recorte reglado es útil cuando desee obtener una imagen que necesariamente ha de representarse dentro de un marco de formato predeterminado como, por ejemplo, un marco de madera o cuando se va a enviar a un servicio de revelado que ofrece un conjunto limitado de formatos estándares.
Veamos dos ejemplos prácticos de lo que acabamos de comentar:
Preparar una imagen para imprimirla en un servicio de revelado.
Supongamos que va a enviar unas fotografías a un servicio de revelado en el que ofrecen varios formatos estándares, de entre los que usted ha elegido el tamaño 10x15 cm. El problema es que el formato de las imágenes que produce su cámara digital no es proporcional a 10x15 cm y esto significa que en el laboratorio tendrán que eliminar necesariamente alguna región de la imagen para adaptarla al nuevo formato, sin que usted pueda adivinar por anticipado qué parte se descartará. Para minimizar este problema, y algunos otros, siga este procedimiento:
1 Active la herramienta Recortar, escriba 10 en el cuadro ANCHURA de la barra de opciones, y seleccione la unidad “cm” pulsando en el cuadro ANCHURA con el botón derecho y seleccionando “cm”. Repita el mismo proceso escribiendo 15 en el cuadro ALTURA y seleccionando la unidad “cm” en la forma ya indicada.
2 Escriba en el cuadro RESOLUCIÓN el valor 300 y seleccione en el cuadro contiguo “Píxeles/pulgadas”.
3 Trace el marco de recorte, reposiciónelo pulsando y arrastrando dentro del marco y dimensiónelo tirando de las esquinas, hasta que consiga el mejor encuadre posible.
4 Confirme el recorte pulsando INTRO. Ajuste la visualización de la imagen al 100% haciendo doble clic sobre la herramienta Zoom del cuadro de herramientas para comprobar si se ha producido excesiva borrosidad. Si la calidad es aceptable al 100%, continúe en la seguridad de obtener una buena imagen final, pero si la borrosidad es excesiva, eso significa que el recorte ha sido demasiado drástico y que ha incurrido en el error de no encuadrar con rigor en el momento de tomar la fotografía.
Tenga en cuenta que la única forma de evaluar la borrosidad, antes de imprimir la imagen, es observarla al 100% y eso se consigue haciendo doble clic sobre la herramienta Zoom.
5 Termine guardándola en formato JPEG para llevarla al laboratorio. Puede usar una tarjeta de memoria que no le sirva o un CD-ROM, aunque ese punto conviene tratarlo con el laboratorio donde lleve habitualmente sus fotos.
No le recomendamos cambiar de laboratorio a menos que no esté satisfecho con el servicio porque cada laboratorio tiene su propia forma de trabajar y eso puede desconcertarle.
(¡) La próxima vez que utilice la herramienta Recortar, no olvide pulsar el botón BORRAR en la barra de opciones para recuperar un encuadre libre, lo que se consigue cuando los cuadros ALTURA y ANCHURA quedan vacíos.
Preparar una imagen para representarla en una pantalla de ordenador
Suponga que necesita preparar una imagen para que tenga un determinado tamaño dentro de una pantalla de ordenador. Sería el caso de incluirla en una página Web, enviarla a una Web inmobiliaria para vender o alquilar un apartamento o subirla a un foro de fotografía. En todos estos supuestos necesitará ajustar las dimensiones del cuadro de recorte en píxeles, porque esa es la unidad de medida que se suele emplear a la hora de representar imágenes en las pantallas de los ordenadores.
Imaginemos, por tanto, que tiene que preparar una imagen en formato JPEG de 200x50 píxeles. Veamos como hacerlo:
1 Seleccione la herramienta Recortar, escriba 200 en el cuadro ANCHURA y seleccione la unidad “Píxeles” pulsando con el botón derecho sobre el cuadro. Escriba 50 píxeles en el cuadro ALTURA siguiendo el mismo procedimiento.
2 Trace un marco de recorte que delimite el contenido más significativo de la imagen y confirme el recorte.
3 Una vez que haya acabado con el retoque, guárdela en formato JPEG y habrá terminado. Posteriormente, coloque o envíe el archivo así obtenido al destino elegido.
(¡) En el caso de que sólo tenga limitado el ancho o el alto, escriba ese único dato en el cuadro correspondiente de la barra de opciones (ALTURA o ANCHURA) dejando el otro vacío y el marco de recorte quedará en formato libre. Sin embargo, cuando confirme el recorte, la imagen presentará el ancho o el largo indicado.
Este caso puede darse por ejemplo, si alguien le pide una imagen cuyo lado mayor no supere los 700 píxeles. En tal caso, escriba 700 píxeles en el cuadro ANCHURA si su imagen es apaisada o en ALTURA si vertical y encuadre con toda libertad y con la única restricción de que la longitud del lado libre no supere a la del fijo.
Si no conoce las dimensiones exactas que debe tener la imagen, considere que una pantalla estándar de ordenador tiene 800x600 píxeles, aunque esto es una suposición que se cumplirá sólo en algunos casos, dependiendo de la resolución que tenga ajustada en el ordenador cada usuario que la observe.
Pero como no sabemos, ni podremos saber ese dato, a menos que conozcamos al usuario y el monitor que usa, razonaremos sobre la base de un tamaño 800x600 píxeles. Si queremos que la imagen ocupe la mitad de la pantalla, bastará con hacerla de 400x600. Para una tercera o cuarta parte, habrá que dividir 800 por 3 o por cuatro y así sucesivamente.
La elección entre borrosidad o pixelación
Comentamos anteriormente que cuando se reencuadra una imagen puede ocurrir que se reduzca su tamaño tanto que al representarla aparezca pixelación o borrosidad. También prometimos explicar como conseguir uno u otro resultado y vamos a cumplirlo.
Si a la hora de recortar, dejamos vacío el cuadro RESOLUCIÓN de la barra de opciones, Photoshop no inventará ningún píxel y, por lo tanto, el tamaño original de los píxeles se incrementará en la misma proporción que lo haga la imagen al ser representada y esto puede producir pixelación.
Si por el contrario, escribimos un valor en el cuadro RESOLUCIÓN, estamos pidiéndole a Photoshop que genere una imagen con el tamaño especificado (alto y ancho) pero con unos píxeles de un tamaño determinado (la resolución es el tamaño del píxel, aunque expresado de forma alambicada). Implícitamente estamos dando carta blanca a Photoshop para que se invente todos los píxeles que hagan falta para cumplir nuestro encargo. Pero recordemos que los píxeles inventados producen borrosidad.
-Vale. Supongamos que lo he entendido. Pero, ¿que tamaño del píxel (léase resolución) debo indicar?
La resolución es la cantidad de píxeles que caben en una pulgada, aunque también se podría expresar en tamaño en milímetros del píxel. Pero como todo el mundo se ha puesto de acuerdo en expresar el tamaño de un píxel en píxeles/pulgada, tendremos que seguir la corriente general y hablar en esos términos.
Para imprimir se recomienda una resolución máxima de 300 píxeles/pulgada, aunque pueden valer las resoluciones por encima de 150 píxeles/pulgada.
En conclusión: Cuando vaya a recortar una imagen con la única intención de reencuadrarla porque así queda mejor, no escriba nada en el cuadro RESOLUCIÓN. Si la está reencuadrando con la intención de imprimirla, escriba un valor entre 150 y 300 píxeles pulgada para evitar píxelación, aunque eso signifique borrosidad.
En teoría, la borrosidad se aprecia menos que la pixelación, aunque son equivalentes a efectos de representación de detalle. Es usted, como siempre, quien decide si quiere pixelación (no escribiendo en el cuadro RESOLUCIÓN) o borrosidad (escribiendo 300 píxeles/pulgada), aunque lo ideal sería que la imagen hubiese sido encuadrada correctamente en el momento de tomar la fotografía y los píxeles se mantuvieran por debajo del umbral de discriminación ocular.
…….
La gran ventaja del reencuadre en Photoshop es que contamos con el tiempo y la serenidad suficiente para meditar y probar diferentes formatos, mientras que al encuadrar con la cámara, sólo disponemos de un formato (el del visor) y, a veces, de un fugaz segundo para decidir el encuadre y disparar antes de que la escena se desbarate.
Ejercicios: A partir de la imagen ¿????, obtenga tres reencuadres imaginativos.
Eliminación de elementos perturbadores
Ya comentamos al principio de este capítulo la importancia que tenía obtener un encuadre libre de elementos, ajenos al motivo, que captasen la atención del observador.
Pero en la práctica, se pueden presentar casos en que esto no es ya difícil, sino imposible. Photoshop nos ofrece una herramienta que puede proporcionarnos una segunda oportunidad de eliminar estos elementos perjudiciales para nuestras fotografías, si bien hay que advertir que, aunque algunas veces se consigan resultados que rozan la perfección, nunca debemos olvidar que se trata de una solución traumática y nunca hemos de considerarla una alternativa cómoda para evitarnos trabajar en la aplicación de los tres principios fundamentales de la fotografía. No valdría, por ejemplo, pensar:
-Bueno, en lugar de desplazarme 10 metros para quitar del fondo esa sartén abollada, la dejo donde está y luego la borro con Photoshop.
Este razonamiento, sólo valdría si hubiese un muro de hormigón de 30 metros de alto que le impidiese desplazarse y no tuviese a mano ningún helicóptero, claro.
La herramienta a que nos referimos se llama Tampón de clonar y su funcionamiento se basa en copiar una región de la fotografía sobre otra (la que contiene el elemento a eliminar), consiguiendo con ello ocultar el elemento que nos estorba.
Veámoslo con un ejemplo: Tenemos un modelo fotografiado contra una pared encalada y lisa, que funciona como un relleno perfecto. Sin embargo, alguien ha colocado un enorme clavo del que pende una cuerda con varios nudos y que posee la extraña facultad de captar la atención de todo el que mira la fotografía.
Solución: Copiar un trozo de pared blanca sobre el clavo y la cuerda para hacerlos desaparecer. Así de simple es el concepto en que se basa esta herramienta y puede sorprendernos su eficacia la primera vez que la aplicamos, aunque hay que advertir que no en todos los casos funciona con la misma eficiencia. De ahí que lo más recomendable sea buscarse un buen fondo (sin clavo) y sólo cuando esto no sea posible, recurrir a Photoshop. La experiencia le dirá qué fondos se dejan tratar por el Tampón de clonar y cuales se resisten. También aprenderá, con la práctica, a elegir el fondo que sea más fácil de tratar con la herramienta Tampón de clonar porque Photoshop y sus posibilidades, también estarán presentes en su mente, como un parámetro más, en el momento de decidir el mejor encuadre posible.
Para aplicar la herramienta Tampón de clonar siga estos pasos:
1 Selecciona la herramienta Tampón de clonar (5,1) y llévela sobre una región que pueda servir para cubrir el elemento perturbador. En nuestro ejemplo un trozo de pared encalada que muestre la misma iluminación, color, textura, etc. sería la elección correcta.
2 Mantenga presionada la tecla ALT y haga un solo clic para fijar el puntero de origen. Suelte la tecla ALT.
3 Lleve ahora el puntero destino sobre el elemento a borrar y arrástrelo (botón izquierdo pulsado) sobre él objeto hasta que desaparezca.
Algunas opciones interesantes
Después de marcar el puntero origen y volver a pulsar el botón izquierdo del ratón se establece una conexión rígida e invisible entre el puntero origen y el de destino. A veces es necesario cambiar esa conexión para resolver ciertas “dificultades topológicas” durante la operación de clonado. Esto se consigue haciendo clic nuevamente con la tecla ALT pulsada en el punto origen y volviendo a pulsar sobre la región destino, con lo que se establecerá una nueva conexión rígida entre ambos punteros.
Si activa la opción ALINEADO, cada vez que suelte el botón izquierdo mientras clona, el puntero origen volverá a su posición inicial. Pruebe una y otra opción para familiarizarse con sus ventajas e inconvenientes.
También se puede ajustar la intensidad del puntero en el cuadro OPACIDAD de la barra de opciones y su tamaño pulsando las teclas de interrogación o pulsando con el botón derecho sobre la imagen y seleccionando un pincel y un diámetro en la paleta que se habrá desplegado.
Herramienta Pincel corrector
A veces los elementos perturbadores están ubicados sobre el propio motivo. Sería el caso, por ejemplo, de la aparición en nuestro modelo de un grano, mancha o moratón ocasional, o de cualquier elemento (un insecto parado sobre la frente) que no debería estar ahí y que sólo contribuye a devaluar la prestancia de nuestro motivo atrayendo irresistiblemente la atención del observador hacia un lugar equivocado.
En tales casos también puede aplicarse la herramienta Tampón de clonar pero existe otra herramienta llamada Pincel corrector, que funciona de forma similar al Tampón de clonar, pero con la peculiaridad de que respeta la textura de la región tratada, proporcionando un resultado más natural.
Para utilizarla, siga este procedimiento:
1 Seleccione la herramienta Pincel corrector (4,1) y fije el puntero de origen haciendo clic sobre una región de sustitución mientras mantiene la tecla ALT presionada.
2 Arrastre sobre el elemento a eliminar una o más veces hasta que desaparezca todo rastro.
La elección de la herramienta Tampón de clonar o de Pincel corrector para “tapar” un elemento perturbador depende de varios factores. En general, el Pincel corrector se emplea para eliminar pequeños defectos y el Tampón de clonar para modificar elementos de más entidad, aunque puede probar una u otra en cada caso concreto y quedarse con la que mejor resultado ofrezca.
(¡) No confundir con la herramienta Pincel corrector puntual, ubicada en la misma posición, cuyo funcionamiento no es tan predecible como el del Pincel corrector.
Herramienta Parche
La herramienta Parche responde, como su nombre indica, a la misma función que Pincel corrector, aunque su manejo es diferente, tal como veremos a continuación:
1 Selecciona la herramienta Parche (4,1) y rodee (manteniendo pulsado el botón izquierdo) el elemento a eliminar. Suelte el botón cuando haya terminado y aparecerá un borde punteado de selección.
2 Sitúe el puntero sobre él y arrástrelo (con el botón izquierdo pulsado) hasta una zona que pueda servir como material de sustitución.
3 Suelte el botón izquierdo y se producirá el parcheado. Cuando haya terminado con la reparación, no olvide eliminar el borde de selección pulsando Selección>Deseleccionar.
(¡) Antes de usar una herramienta en Photoshop puede ser conviene restaurarla para que recupere su comportamiento estándar. Puede hacerlo pulsando con el botón derecho sobre el extremo izquierdo de la barra de opciones y eligiendo la opción RESTAURAR HERRAMIENTA.
Marcadores